Como medio de comunicación tradicional, la tele está aún por encima del impacto de las redes sociales y el Internet en general, sigue siendo el más poderoso para transmitir información o brindar entretenimiento a la sociedad.

En el caso de la lucha libre, la televisión transformó en ídolos a luchadores como Octagón y El Vampiro Canadiense, cuyas cualidades técnicas estaban lejos de ese estatus pero que contaron con la pantalla suficiente para volverse fenómenos de idolatría.

Alcance que llegó hasta Místico, el último ídolo de la era moderna que protagonizó uno de los eventos en Pago Por Evento más exitosos cuando desenmascaró a Black Warrior en la Arena México. La televisión fue para Místico una gran aliada en su proyección, un personaje que se expuso en comerciales y hasta videos musicales. Hay que señalar que Místico no fue un producto de la pantalla chica, pero el gladiador se valió de ella para ser conocido en todas partes.

Fue el último gran acuerdo del CMLL con una de las televisoras más grandes en México. Sin embargo esa alianza terminó por desaparecer ante el desgaste de una relación que no daba para más y que había segregado a la lucha libre a espacios intermitentes.

Ante la salida de su principal competidor de la señal que se emite en Chapultepec 18, crece la posibilidad del regreso de las transmisiones de los eventos coliseínos por alguno de los canales de Televisa, situación que se mantiene en simple rumor.

La lucha libre necesita difusión masiva, pues se ha convertido en un producto destinado a un nicho muy pequeño, que parece inmenso en canales de Internet pero que al contrastarlo con la realidad es ínfimo y carente de la fuerza para la creación de nuevos ídolos.

A la televisión mexicana le urgen productos nuevos, distintos, pero la lucha libre no está en su mejor momento para serlo, habrá que esperar si ocurre el regreso a la pantalla de la funciones del CMLL y qué tanto puede ayudar eso al fortalecimiento del mismo.

¡Buenas luchas!