El actor Ferdinando Valencia pasó este fin de semana uno de los tragos más amargos de su vida; su recién nacido Dante enfrentó una dura batalla segundo a segundo, con tres meses de nacido, padecía meningitis. Y mientras él luchaba por sobrevivir, sus padres, buscaban por todos lados quien les ayudara para soportar el costoso tratamiento de Dante y asimilar emocionalmente que la vida de su hijo podía extinguirse cual vela. 

 A la par, los medios de comunicación se unían para poder mandar varios mensajes, buscar algún camino para capitalizar a Ferdinando, difundir las colectas de sangre que le ayudaran a salir del paso a Dante y concienciar a la población del riesgo que significa una enfermedad como la meningitis y el cuidado que deben tener los recién nacidos. 

Para muchos medios, era la historia perfecta, nadie piensa que el niño no saldrá de una batalla como la que enfrentó, al contrario, buscan la esperanza que les dé una historia de milagros que pueda ser difundida y ganar audiencia, sí suena crudo pero es así. Plantear historias de dramas funciona y cuando encuentras un milagro, se consuma el acto de la venta y del éxito de audiencia. Acá la historia es dolorosa y lamentablemente no tuvo remedio. 

Seguramente, hoy todos los programas de televisión lanzarán la devastadora imagen de Ferdinando cargando la caja donde reposan los restos de Dante y será una escena que una y otra vez los medios estén difundiendo como si fuera un hecho histórico que se tiene que recordar una y otra vez. El dolor tan fuerte que enfrenta la pareja —y el de cualquier matrimonio que esté en un momento así— justificado o no como un ejercicio informativo, debería guardarse, por responsabilidad y por humanidad. 

Es un hecho que muchos medios de espectáculos buscarán la forma de tener una declaración del actor pero, ¿con qué objetivo? ¿lo usarán como un hecho inspiracional, o por sumar rating? ¿cuánto tiempo le darán de tregua a Ferdinando y su familia para enfrentar el duelo?, vamos a reflexionar.

No lo sé de cierto, pero me comentan que un medio pagó por adelantado una entrevista exclusiva aprovechando la situación económica por la que pasaba la pareja, ojalá sea falso. Y si es así, tal vez es justificable, ante una enfermedad no hay dinero que alcance. Mientras que el medio que presuntamente ‘lo logró’, alimentará a su audiencia, sin importar quién o por qué se haya tenido que vender el alma; al final, todo será por rating. Nos leemos la próxima, aquí donde quizá hablemos de ti.