El brunch que tanto daño hizo

Gerardo Velázquez de León

OPINIÓN 11/09/2019 22:27 Gerardo Velázquez de León Actualizada 22:27

La libertad de hacer lo que se te pegue la gana no debe ser juzgada, tampoco ventilada, pero mucho menos exponer a un grupo de trabajo por aspectos personales. A lo que voy es que efectivamente no es bien visto que un grupo de seleccionados nacionales ocupen sus horas libres en una concentración para ir a un lugar como el LAVO de Manhattan, exponerse tan sencillamente no entrega una imagen correcta para una institución deportiva seria que pretende ser la Selección.

Tampoco hicieron algo catastróficamente malo y es aquí donde aparece la maldita doble moral, sin el afán de defender lo que se supone hicieron los futbolistas. La Selección es lo de menos, es la imagen de cada uno de ellos a quien tenga el derecho de pedírselas, con su entorno.

Ya en una entrevista para Azteca Deportes en plena concentración en Morristown, Héctor Herrera reconoció que no sabía cómo iba a explicarle a su hijo la famosa fiesta de Las Lomas, algo similar a los expuestos en redes sociales. 

Ahora, responsabilizar de la derrota contra Argentina a esto es ridículo, insensato y hasta estúpido. No hay cruda que dure tres días, además ninguno de los parranderos fue señalado por errores puntuales, como sí sucedió con Néstor Araujo, Edson Álvarez y Carlos Salcedo, que pudieron aprovechar su tiempo libre para meditar, ir a un museo o a la iglesia, y aún así fallaron.

Es decir, la línea del chisme es muy delgada, el escándalo puede hacerse inmediato, pero también habría que tomar previsiones. Seguramente Tata Martino estará fúrico por la imagen que está dando la vuelta al mundo.

Los futbolistas señalados no se escaparon de un hotel de concentración para irse de farra, tampoco hicieron una fiesta en el hotel, en fin, en los términos disciplinarios impuestos por Martino cumplieron; lo que sí, es que dejan una amarga imagen que  debe preocupar a todos en la Selección.

Y más, porque es verdad que las mujeres que aparecieron en las fotografías efectivamente se hospedaron en el hotel Westin de Morristown, llegaron la tarde del miércoles, se dejaron ver, pasearon por pasillos del hotel, platicaban en las bancas de afuera. 

En San Antonio igual, fueron huéspedes del hotel Hilton del Río. Eso es lo que es inverosímil que se permita, y ojo, nadie puede asegurar nada de una posible relación, pero sí es una  falta de respeto absoluta a la Selección, insisto, como grupo deportivo representativo de una federación seria y exitosa económicamente.

Después del 0-4 cuando se empieza a abrir un sano debate de la falta de competitividad de la Selección, de intentar buscar nuevas formas para tener frente a ellos rivales como Argentina cada vez más  y cada vez menos equipos como Trinidad y Tobago o Bermuda, la atención debería estar en eso, no en limpiar las acciones de futbolistas que si ven a la Selección como su refugio para la diversión, no deberían ser considerados de nuevo.

Martino tuvo dos grandes lecciones en muy pocas horas y debe sacar provecho inmediato. Lleva el futbol mexicano una semana de escándalos vergonzosos, si no es “que pase el desgraciado” es “que pase el licenciado” o “todo es culpa del brunch”.

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