Tercer partido con tintes de revancha

El único antecedente mundialista entre México y Suecia no es cualquiera cosa. Fue hace 60 años, en el Mundial de 1958 donde la escuadra rival fue anfitrión y en su camino a la final aplastó 3-0 a los mexicanos.

Seis décadas después se vuelven a encontrar pero la Selección mexicana no es el flan de aquel entonces, así que cuando choquen en la Ekaterimburgo Arena, el cuadro dirigido por Osorio buscará en cierta forma una revancha para asegurar su pase a los octavos.

Desde 1958 a la fecha, los suecos han ganado cuatro partidos sobre dos victorias mexicanas y tres empates. Así que de conseguir el triunfo, los comandados por el colombiano terminarán con una racha de 24 años sin poder vencer a los ahora dirigidos por Janne Andersson, además de lograr por primera vez en su historia los nueve puntos de la fase de grupos.

El destino está en las manos del Tricolor, pero confiarse de más puede ser su peor error al encarar su tercer duelo. A México le basta un empate con los europeos para avanzar como primer lugar del Grupo F. 

POR LA GRANDE. Suecia llegó a Rusia eliminando a Italia, una de las selecciones más grandes en la historia del balompié mundial. Son dirigidos por Janne Anderson, un técnico experimentado. "Tenemos una buena sensación. Mostramos que hemos sido capaces de jugar contra los campeones defensores todo el tiempo, con la excepción de los últimos minutos".

En este torneo arrancaron con un triunfo sobre Corea y cuando se enfilaban a la siguiente ronda, una feroz reacción alemana le sacó los puntos.

Marcus Berg es su gran figura. Tras ganar en protagonismo con el retiro internacional de Zlatan Ibrahimovic, Berg ofreció muchos goles a la Suecia de Andersson. El ariete del Al Ain firmó ocho dianas en la eliminatoria.