Luchadoras y luchadores exóticos se han sobrepuesto al machismo y rechazo

Luego de sufrir el rechazo de las autoridades capitalinas en los años 50 e incluso de sus propios compañeros, las luchadoras y los luchadores exóticos se han ganado su lugar en la sociedad y en las arenas a golpes.

Así lo explicó Patricia Celis Banegas, investigadora de la UNAM y de la red de altos estudios de la lucha libre, en su participación en el Primer Foro de Equidad e Inclusión que se llevó a cabo en el Museo Memoria y Tolerancia, con el tema 'Lucha Libre Mexicana, una mirada crítica hacia la equidad de género'.

En su ponencia destacó que las luchadoras y los "excéntricos" han sido rechazados. Las primeras prácticamente desde que se iniciaron en este deporte, por ser mujeres. Y los segundos solamente por sus preferencias, pero han sabido ganarse su lugar.

“Entre las mujeres que rodean a la lucha libre en las arenas hay de todas y con diversas actividades que llegan a ser subversivas en el sentido de ser nuevas versiones de las mujeres que estábamos acostumbrados a ver en el México contemporáneo”.

Respecto a los luchadores exóticos, dijo que también tienen su historia aunque al principio eran conocidos como “Dandys”, ya que asistían a sus peleas con sus peinadores personales para que les dieran su “manita de gato” si en un momento perdían el estilo.

La especialista mencionó que la lucha libre exótica pasó por un letargo y resurgió con nuevos exóticos, “que fueron asociados al estereotipo de la homosexualidad y pese a todo fueron consentidos de la afición”.

Sin embargo, resaltó que por ese motivo fueron excluidos de los programas de televisión y sufrieron rechazo también de sus compañeros, pero eso los llevó a luchar por sus derechos.

Celis Banegas fue tajante al señalar que ya se ganaron su lugar “a madrazoz”, tanto en la sociedad como en los cuadriláteros.

“La sociedad debería mirar a la lucha libre no tanto como un deporte donde hay ficción, sino un deporte donde hay hombres, mujeres de verdad, seres humanos, independientemente de su elección de género, que bregan por un deporte y merecen respeto como deportistas que son”, concluyó.