Detrás del balón

Así es como 'La Tota' Carbajal ayuda a personas con problemas de adicciones

El ex portero Antonio Carbajal asiste a jóvenes con problemas de adicciones en León y les enseña a jugar futbol

(Foto: Archivo El Gráfico)

Deportes 07/08/2018 14:06 Antonio Esquivel Bernal Actualizada 14:13
 

Así como Antonio “La Tota” Carbajal resguardó el marco tricolor durante cinco Mundiales, hoy en día tiene una labor social que la defiende a muerte y busca que chavos con problemas de adicciones salgan de ellas haciendo deporte.

“Tengo treinta y tantos años de ayudar a niños drogadictos. Comenzamos con 13 chamacos de 16, 17 y 18 años. Ahora tenemos niños desde ocho y nueve y señores y señoras de 40 o más edad y me pregunto: ¿Dónde están los papás de los afectados?”.

La razón más común por la que se presenta este tipo de personas con problemas de drogadicción, según el ex arquero tricolor, es la desintegración familiar que hay en todo el país.

“Yo les pregunto a varios niños ‘por qué te drogas’ y me dicen que porque ‘me golpeó mi papá’ o ‘encontré a mi madre con un hijo de la madre’ y cuál es tu escape, lo vuelvo a cuestionar. La respuesta es sencilla, ya que se refugian en las drogas y por eso se les ayuda”, sentenció.

PEREGRINOS. Carbajal se unió a la Asociación “La Búsqueda” para ayudar a estos jóvenes y para obtener ingresos. Salen a varios lugares a dar charlas para que jóvenes se concienticen del problema.

“Hacemos viajes de ocho o 15 horas para ir a las escuelas a dar charlas, porque hay lugares donde hay chavos con 11 ó 12 años con su méndiga droga en la mano o con inyecciones. Ahora ya hasta mujeres tenemos y no se les cobra un solo centavo”.

“La Tota” compartió un momento que viven los alumnos con esas pláticas preventivas: “En escuelas llevamos a un chavo drogadicto para que dé testimonio y los jóvenes se voltean a ver unos a otros al ver el problema y ellos sólo nos escuchan a nosotros porque a los maestros no les hacen caso”.

EL GANCHO. Cuando ya se detectó el problema, se realiza un plan de ayuda para que se rehabiliten.

“Están tres meses en la asociación. Se bañan con agua caliente, desayunan y se les da un buen colchón para dormir y eso significa invertir 230 pesos diarios por cada muchacho. Por eso necesitamos ayuda gubernamental y particular”, mencionó con un tono muy nostálgico.

Durante ese tiempo se les enseña futbol, para que no piensen en drogas.

“El gancho es que se les ofrece enseñarles futbol, pero no son clases, sólo es que hagan cabeceo, control de pelota con pierna izquierda, derecha o de pechito. No pedimos dinero, pedimos alimento por chamaco”.

Al preguntarle si la FMF o algún club les ayuda, su respuesta es clara.

“No, nadie de ellos apoya, no creo que lo sepan. A mí me invitó un sacerdote y damos ayuda. A mis 89 años me siento muy bien y lo haré hasta que el cuerpo aguante”, finalizó.

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