Conoce al 'confesor de futbolistas'; trabaja con el Querétaro

DANAÝ MARTÍNEZ

En Gallos Blancos existe alguien que conoce los secretos del club. Él tiene un confesionario, como lo llama, donde las historias de los canteranos y hasta del mismo Ronaldinho pasaron por ahí. Alberto Nazario Álvarez Pides, conocido como Polito, es el kinesiólogo del club Querétaro y cuenta su historia de cómo el futbol se convirtió en su vida.

Uruguayo de origen, hace 41 años que Polito emigró a México. Desde entonces, han sido cientos de jugadores, así como varios técnicos y equipos con los que ha trabajado.

“Me hablaron del Atlético Español. Y ahí estuve hasta que volvió a ser Necaxa”, explicó. "El futbol de hace 40 años era muy diferente al de ahora. En la temporada 92-93 trabajaba en Atlante, con Lavolpe como técnico, pero el equipo descendió y los extranjeros antes no podían trabajar en ligas inferiores" y ahí comenzó la travesía antes de llegar a Gallos Blancos.

“Me invitaron al Celaya y hace 20 años que tengo mi casa ahí. Lo vendieron en 2003 y me fui a León”, indicó.

En 2005 "llegué a Querétaro, en 2006 subimos a primera y al otro año nos bajaron. De ahí me fui a Irapuato tres años, pero desapareció porque el equipo estaba endeudado. Me trajeron de nuevo a Querétaro y aquí estoy". 

Su consultorio se ha convertido en un espacio de terapia mental, donde los jugadores desahogan sus emociones antes de que el futbol “los vuelva locos”.

“Nuestra área es un confesionario, viene el jugador a contarte los problemas familiares, con su mujer, con el equipo o que el técnico no lo pone. Hablan del vestidor, ahí se cocina todo el bacalao [ríe]”, señaló.

En su paso por la Ciudad de México atendió al Superman Marín. El legendario arquero de Cruz Azul fue uno de los cracks que han pasado por las manos de Polito. “Tuve una buena etapa con Cruz Azul en mi consultorio de México, atendí a Miguel Marín, a Carlos Jara Saguer y a Fernando Bustos, grandes figuras".

Su trabajó también lo llevó al beisbol y un tiempo permaneció con los Diablos Rojos del México. Hoy con 74 años, Polito está lejos de pensar en el retiro. “Siempre me preguntan que cuándo me jubilo, ¿y qué hago? Yo puedo trabajar, me siento bien”.

Polito pidió trabajar con las líneas inferiores del equipo, el futuro de Gallos, para influir en la formación de los chavos.

“Hay muchos jugadores que se pierden por el entorno, por la fiesta. Yo les digo que este negocio es para hacer dinero, los trato de orientar. Los juveniles están estudiando y les recuerdo que ‘el futbol se acaba y después ¿qué vas a hacer?’, pero consejos no doy, sólo sugerencias”, finalizó. 

(César Gómez | El Gráfico)