Pinta su raya con los que imitan su personaje

Talismán Júnior ha convertido su cuerpo en un lienzo para los tatuajes

Talismán Júnior emigró hace tiempo a Estados Unidos en busca del camino para encontrar la gloria en los cuadriláteros

(Foto: Gabriel Cruz)

Deportes 07/05/2018 21:05 Gabriel Cruz Actualizada 21:09
 

No ha sido un reto sencillo. La lucha le ha dado pocas oportunidades más allá de la frontera, con muchos usurpadores que eludir hasta que encontró la manera de darles una batalla encarnizada para eliminarlos, a través de los tatuajes que artistas mexicanos han plasmado en toda su piel. “Es interesante compartirle a la afición algo distinto a lo que pasa en la lucha libre. Me encanta tener este tipo de arte en mi cuerpo y la afición ya sabe que el Talismán Júnior original está tatuado”.

La aventura con la tinta empezó desde pequeño, cuando le compartía a su madre el deseo de tatuarse, “ella me compraba tatuajes de agua y me los ponía, así pasó el tiempo y a los 18 años me hice mi primer tatuaje, un Koi, después vino mi nombre junto al símbolo del dragón y el año en que nací”.

La travesía de la tinta sobre su piel apenas iniciaba, los nombres de sus hijos y hermana lo acompañan a todas partes, “así es como los aficionados me van reconociendo en el cuadrilátero, como el luchador de los tatuajes. Para mi es un estilo y forma de vida, en el que luchas contra mucha discriminación, es un gusto personal pero que no es tan aceptado”.

IDENTIDAD ALTERNA

Vivir tatuado lo hace diferente, en cierta forma le da una identidad alterna a la que la máscara le ofrece, “puedo decir que soy el primer luchador mexicano en tener algo de esta magnitud con un solo tema, ha sido un proceso de casi tres años”.

La historia en su piel inició con el Koi, un pez japonés que simboliza el inicio de la vida, la transición se fue dando para convertirse en adulto y el dragón cubriendo su espalda “es la perfección y estabilidad, un ciclo de vida. En mis días lo aterrizo porque fui una especie de Koi muy feliz, que se fue enfrentando a muchas problemas y ahora está en plena madurez”.

No corre prisa para terminar, ya son tres años de batalla con la aguja y piensa alargarlo durante un año y medio más, “lo veo como un mural en mi piel, es un tatuaje tradicional de la mafia Yakuza y vale la pena darle su tiempo para terminar".

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