Me parece increíble que a estas alturas, Tomás Boy se siga comportando como una persona que dirige a un equipo de llano. Y aún dudo que alguien se comporte tan mal en el banquillo de cualquier equipo.

 

Es realmente corriente el ponerse a autoproclamarse como el número uno de una institución tan importante como la de los Tigres.  Y lo peor es que sus arranques lo único que ocasionaron fue que terminara expulsado.

 

Hasta cuando un club como el Guadalajara va a seguir permitiendo que este tipo actúe de esa manera en el banquillo; o hasta cuando le recordará a este tipo que hay valores en las instituciones y estas se tienen que respetar.

 

En lugar de estarse hablando del buen trabajo que realizó su equipo en el terreno de juego, cobró mayor importancia su patético comportamiento, al insultar en varias ocasiones a Gignac, quien hasta este día está igualado con él como los máximos anotadores en el cuadro de los felinos.

 

Genio y figura, así es Tomás Boy. Y como en todo, seguramente habrá quien aplauda sus pésimas actitudes y prefiera esto a un técnico sin carácter, pero lo que sí es un hecho, es que con estos arranques el más perjudicado será el cuadro del Rebaño Sagrado.