Convenio 98 de la OIT

Martí Batres

OPINIÓN 25/09/2018 09:49 Martí Batres Actualizada 14:49

El pasado jueves 20 de septiembre de 2018 se aprobó en el pleno del Senado el convenio 98 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), relativo a la aplicación de los principios del derecho de sindicación. Dicho convenio fue aprobado por unanimidad. No hubo votos en contra ni abstenciones. En cambio, sí se presentaron a favor de todas las bancadas presentes. Por ejemplo, de Morena, PRI, Movimiento Ciudadano (MC), Partido del Trabajo (PRI), Partido Encuentro Social (PES), Partido Verde, así como de un senador sin partido.

Este Convenio 98 se refiere a la aplicación de los principios del derecho de sindicación y de negociación colectiva. Se adoptó en Ginebra, Suiza, en 1949. Fue ratificado por primera vez por México en 1956. Sin embargo, al ponerse una reserva para mantener la cláusula de exclusión que permitía despedir del trabajo a los disidentes sindicales, dicha reserva fue rechazada por la OIT.

En el año 2012 se reformó la ley laboral mexicana y se eliminó la cláusula de exclusión con el objetivo de permitir que los trabajadores pudieran optar por un sindicato o por otro, sin ser despedidos de su empleo. En ese sentido y congruente con lo que dice ahora la Ley Federal del Trabajo, el Presidente de la República envió, en diciembre del 2015, el Convenio 98 al Senado de la República para su ratificación; los tratados internacionales deben ser firmados por el Presidente la República y ratificados por el Senado.

Este convenio tiene el objetivo de dar protección a los trabajadores, especialmente en contra de todo acto que tenga por objeto condicionar su permanencia en el empleo a condición de que pertenezca o no a una organización sindical. 

También, el convenio busca regular que las organizaciones de trabajadores y de empleadores gocen de una adecuada autonomía para que unas no puedan intervenir en las otras, evitar que haya sindicatos blancos, o sea, sindicatos falsos.

Por otra parte, también es un instrumento adecuado para combatir los llamados contratos de protección, que son contratos falsos que algún líder impone extorsionando al empresario y estableciendo una falsa relación con los trabajadores. 

Por lo tanto, el Convenio 98 de la OIT favorece a los trabajadores, pero también a los empresarios y permite que haya relaciones auténticas de carácter laboral protegiendo los derechos de los trabajadores, resguardando la libertad política y sindical y defendiendo a las empresas. 

Este convenio se envió al Senado en 2015, después de realizarse por parte del gobierno federal las consultas necesarias con organizaciones de sindicales, empresariales y con diversas instancias públicas relacionadas con el trabajo. 

Es la primera resolución legislativa de esta legislatura del Senado de la República que comienza así a impulsar el cambio político que México necesita. 

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