¿Quién manda en la UNAM?

LEO AGUSTO

OPINIÓN 05/09/2018 10:04 LEO AGUSTO Actualizada 19:04

La violencia a los pies de la torre de Rectoría nos recuerda aquellos días del ‘halconazo’ en 1971, el guante blanco utilizado en la Plaza de las Tres Culturas del 68 fue cambiado por jerseys de futbol americano, alguien le soltó la cadena a los grupos porriles. 

El rector Enrique Graue no sólo no ha podido controlar la inseguridad en los planteles, ahí donde se encuentra el origen de la condenable violencia que vimos hace un par de días. También ha perdido 10 de 15 votaciones en el Consejo General Universitario. 

Los caídos en las urnas, tanto el grupo del secretario de Salud, José Narro, y también el grupo de Sergio Alcocer, intento fallido de imposición de Enrique Peña en las elecciones donde perdió con el Dr. Enrique Graue, quien llegó gracias al apoyo de 25 médicos que hoy trabajan en Rectoría y también de químicos y contadores. Y aunque el manejo financiero en la UNAM no es malo, el presupuesto se enfoca en áreas del interés del grupo de los doctores. En su mayoría, la galenocracia también goza cargos de maestro de tiempo completo con unos sueldos que ya quisieran los damnificados de la cuarta transformación.

Ambos grupos en pugna tienen algo en común: sueñan con el romántico anhelo de refugiarse en la academia tras la derrota electoral, pero conservando la mayoría de las prebendas que gozaron a su paso por el gobierno federal. 

Cuando en la UNAM se preguntan quién podría pagar los porros, la mayoría de las fuentes coincide en señalar hacia la oficina de Néstor Martínez Cristo, en Comunicación Social, quien maneja de manera muy discrecional la bolsa del rubro. Otros apuntan al acaudalado Leopoldo Silva, funcionario desde hace 38 años en distintos puestos, todos jugosos. El objetivo es controlar la universidad en tiempos de la sucesión en Rectoría. Mal augurio que la violencia sea el sello del inicio de la batalla. La bomba tendrá que ser desactivada por la abogada general de la UNAM, Mónica González Contró, hija del político lagunero, Jesús González Schmal. 

Además de cambio político, la UNAM necesita un relevo generacional, el mismo grupo de doctores que han estado al frente de la universidad desde hace 20 años. Hoy, la edad promedio de los funcionarios de Rectoría es de 65 años. El ángulo más delicado del conflicto es que se cocine una “fiesta de bienvenida” para la investigadora Rosaura Ruiz, que se integrará al gobierno de Sheinbaum.

Bitácora de lo absurdo. La cuarta transformación al máximo. El engaño está en el ADN del gobernador de Chiapas. Ayer le fue negada una solicitud de licencia en la Cámara de Senadores pero bastó un “juats” de AMLO al celular de Ricardo Monreal, para que al niño del Verde lo dejaran regresar a la gubernatura de Chiapas. Velasco Coello llegó al Senado gracias a una rendija legaloide que burló la prohibición de que los gobernadores y el jefe de gobierno de la Ciudad brinquen al Poder Legislativo. El también senador Miguel Ángel Mancera fue el compañero de fuga del tramposo de cepa, Velasco Coello.

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