La nueva etapa de Morena

Martí Batres

OPINIÓN 21/08/2018 10:36 Martí Batres Actualizada 18:36

El 19 de agosto se realizó el Congreso Nacional Extraordinario de Morena. En el acto, los miembros de este partido, que se convirtió en la primera fuerza política electoral del país, acordaron diversas reformas a sus estatutos para adecuar a esta organización a los nuevos tiempos. 

Morena va a transitar de ser un férreo opositor, a ser la fuerza que gobierna al país. Por ello, necesita fortalecerse en lo ético, en lo formativo y en su presencia territorial. Además, consolidar su estabilidad política sin sacrificar su democracia interna y así sortear los vicios tradicionales de la política mexicana.

Para ello, de acuerdo con la reforma de Morena, se evitará que la dirigencia sea rotada entre los mismos personajes. Esto permitirá refrescar al partido, facilitar relevos generacionales y dará oportunidad a militantes formados desde las bases a acceder a responsabilidades de importancia al interior del partido, ya que de acuerdo con el documento aprobado sólo podrán postularse a cargos ejecutivos dentro del partido hasta dos veces consecutivas. La reelección no consecutiva de los dirigentes ayudará, a su vez, a que los cuadros fundadores mantengan el influjo transformador original en las nuevas etapas y que no se olviden los principios por los que empezó esta lucha.

Asimismo, de acuerdo con la reforma del estatuto de Morena, para obtener una candidatura ahora también se valorarán “la trayectoria, los atributos ético-políticos, la antigüedad en la lucha por causas sociales” y tendrán que haber recibido capacitación y formación en el nuevo Instituto de Formación Política de Morena en materia de género, igualdad sustantiva entre hombres y mujeres y no discriminación. 

Lo anterior indica que Morena se muestra sensible a problemáticas sociales como la violencia hacia las mujeres y la discriminación por motivo de raza, sexo y orientación sexual. Se busca asegurar que sus candidaturas sean no sólo más preparados, sino que compartan y comprendan nuevos valores indispensables para hacer política en la época contemporánea. Por lo aprobado se deduce que Morena busca una actualización ordenada y con rumbo. No se dejan de lado a los liderazgos fundadores que podrán buscar su permanencia en las estructuras partidarias por una ocasión más, ni se cierra a los liderazgos emergentes, ni obstruye el ascenso de los militantes de base hacia la dirigencia.

Estas adecuaciones en las reglas internas de Morena deben entenderse como un esfuerzo por fortalecer la institucionalidad interna. Morena, a diferencia del PRI, no es un partido creado desde el poder. Es un partido que nació con el objetivo de transformar el poder. Por eso, busca reforzar a sus órganos y a su militancia. 

La responsabilidad del rumbo que tome el partido será principalmente de la militancia en su conjunto y de quienes estén al frente de las instituciones partidarias y no del gobierno. La idea es tener un partido en el gobierno y no un partido del gobierno. El partido necesita su propio espacio para señalar todo lo que haga falta hacer a favor de la gente y el gobierno necesitará margen para gobernar para todos.

Esto forma parte del cambio de mentalidad que tiene que ocurrir en Morena. Ya no sólo se trata de impugnar al gobierno o de movilizar a la ciudadanía. Se trata primordialmente de ser capaces de resolver la problemática de la gente desde las instituciones gubernamentales y de representarla de forma efectiva desde el parlamento. Para eso, es indispensable hacer política buena, efectiva y de altura. No hay espacio para la grilla y la mala política.

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