La cuarta transformación (Montessori)

LEO AGUSTO

OPINIÓN 18/07/2018 07:31 LEO AGUSTO Actualizada 12:32

Cuando Andrés Manuel López Obrador gobernó la Ciudad de México lo hizo como si se tratara de una población pequeña, digamos Macuspana. Muchos pensamos que no habría gobernante que pudiera superar el costumbrismo en el poder, hasta que conocimos a Enrique Peña Nieto, quien gobernó el país como si se tratara de su natal Atlacomulco en el Estado de México.

El virtual Presidente de México tiene entre sus habilidades imponer la agenda mediática como estrategia de negociación de la agenda política, pero estos últimos días, el tabasqueño ha tenido una inútil presencia en los medios. Por ejemplo, la mudanza de los ministerios de la capital a distintas poblaciones en los estados del país. Esto sin aclarar bien a bien, dónde estarán las respectivas sedes, si los trabajadores actuales contarán con vivienda digna, si habrá escuelas para sus hijos y una larga lista de cuestionamientos legítimos.

 Hace unos días, Donald Trump realizó una visita de Estado al Reino Unido, lo que provocó varias protestas en las calles. ¿Qué hará López Obrador frente a los espontáneos mexicanos que decidan salir a marchar en contra del tirano del norte? ¿Soltará a los granaderos como lo hizo Marcelo Ebrard el 1 de diciembre de 2012? No lo sabemos, sólo estamos ciertos de que en dos semanas el futuro presidente de México no ha soltado el micrófono para sorprendernos cada día con una nueva ocurrencia, porque no se le puede llamar acción de gobierno sino hasta que se ponga la banda presidencial. Y en el eco, nunca falta algún integrante en el equipo de López Obrador que tenga una opinión acerca de cualquier tema. 

López Obrador dice que la comunicación de su gobierno será centralizada en las conferencias mañaneras, pero hoy todos hablan. El tabasqueño comienza a cometer errores muy similares a los que tuvo Vicente Fox, no tarda en comenzar la pelea interna en el futuro gabinete. 

Periscopio. El Vaticano desmintió la participación del papa Francisco en los foros de pacificación propuestos por López Obrador. Resulta que una futura funcionaria menor del equipo de Alfonso Durazo, encargado de Seguridad Pública, confirmó que el Papa participaría “por Skype” en el proceso de pacificación de México. Las comunicaciones diplomáticas entre países, como es el caso del Estado mexicano y el Vaticano, podrán ser vía telegrama, teléfono, fax y hasta por Whatsapp. El protocolo tiene que persistir, no basta con el clásico "dijo el licenciado" o "Andrés quiere que venga el Papa". 

Bitácora de lo absurdo. “La profunda reflexión” debe ser el mítico rancho donde los políticos derrotados en el pasado proceso electoral acudirán para valorar los daños que les causó el tren “1 de julio” que les pasó encima, pero algunos tendrán una corta estancia en esa “chingada” que agregó Andrés Manuel López Obrador al imaginario electoral. Pero no son tiempos para autoflagelarse, como dice el priísta René Juárez Cisneros, ya que algunos regresarán pronto a ocupar la curul que alcanzaron a salvar en San Lázaro. 

Comentarios