En su afán de imponer la agenda informativa, AMLO anunció el nombramiento de Manuel Bartlett como la persona que estará al frente de la Comisión Federal de Electricidad. 

Será por su experiencia en bajar el switch, como sucedió con el sistema electoral de 1988, o por su oposición al régimen desde que no lo hicieron candidato a la Presidencia en el partido de sus amores, el PRI. Porque una cosa es ser oposición y otra tener vocación de izquierda.

AMLO sigue gastando su capital político en asuntos que resultan menores para la nación. La designación de Bartlett como parte del gobierno entrante es contraria al mandato de cambio que recibió AMLO en las urnas.

La apuesta es al olvido: la mayoría de los jóvenes votantes de Morena no recuerdan la “caída del sistema” en 1988, algunos asumen que en esa época no existían las computadoras. Tampoco saben bien a bien quién fue el periodista Manuel Buendía, asesinado en 1984 en la Ciudad de México, en esa fecha al frente de la secretaría de Gobernación estaba Bartlett, a quien el juicio de la historia ha hecho responsable del asesinato de Buendía.

Hace 30 años, Bartlett estaba en las filas del sistema cuando se consumó el fraude electoral en la votación para Presidente. En el otro bando, en el que supuestamente ganó la Presidencia en 2018, estaba Cuauh-témoc Cárdenas. 

La izquierda que mencionó AMLO en su discurso de Palacio Nacional, luego de su reunión con Enrique Peña Nieto está para agradecimientos, mas no para compartir el poder. Se había mencionado la posibilidad de que Cuauhtémoc Cárdenas asumiera la dirección de Petróleos Mexicanos, pero en ese lugar ya fue asignado Octavio Romero Oropeza, oficial mayor del gobierno del DF durante la administración de López Obrador. 

La mayoría de los simpatizantes de Morena, quizá tan disciplinados como las bases del PRI, insisten en otorgar a Manuel Bartlett el beneficio de la duda. Lo consideran un hombre patriota por defender el petróleo mexicano, si alguien lo duda ahí están sus intervenciones en la tribuna del Senado durante la discusión de la reforma constitucional para abrir el sector energético a la inversión privada, aunque de nada sirvió su defensa. 

De lo que no hay duda es de que Bartlett ha sido un político del sistema: secretario de gobernación con Miguel de la Madrid Hurtado; secretario de Educación con Carlos Salinas de Gortari; gobernador de Puebla, durante el sexenio de Ernesto Zedillo; senador de oposición por el PRI durante el gobierno de Vicente Fox. Sexenios va y vienen y Bartlett, como el dinosaurio del cuento de Tito Monterroso, todavía está ahí. 

Dicen que México “despertó” el 1 de julio, pero despertó con afectaciones en la memoria histórica, en el gabinete de López Obrador cabe el pago de los favores políticos a Bartlett. El poblano apoyó en principio a AMLO para vengarse de Roberto Madrazo, que lo dejó sin candidatura en las elecciones de 2006. Madrazo está fuera de la política, Bartlett debería darse por bien servido.