Austeridad

Martí Batres

OPINIÓN 17/07/2018 07:09 Martí Batres Actualizada 20:09

El resultado de las elecciones del pasado 1 de julio muestran, entre otras cosas, el hartazgo de la ciudadanía respecto la clase política mexicana tradicional. Desde hace por lo menos cinco décadas, vimos cómo desde la cúspide del poder político se fraguaron fortunas millonarias.

La cultura popular, concretamente el teatro de revista, las caricaturas políticas o los chistes dan cuenta del repudio que causan entre la ciudadanía los excesos y los lujos que los políticos se otorgan.

Un cambio de régimen implica también la transformación de la política, de las formas en las que se conducen quienes han elegido esta actividad como forma de vida y uno de los principales puntos de este cambio debe ser la la austeridad.

La semana pasada, se hizo público el documento de 50 puntos para combatir la corrupción e instaurar un régimen de austeridad en el nuevo gobierno federal con el objetivo de hacer que el presupuesto público no se quede en la alta burocracia y, por fin, llegue a la gente.

No obstante, los otros poderes deben asumir la austeridad e integrarse al espíritu de cambio que invade al país desde los comicios pasados. De ahí que los legisladores estén obligados a reducir sus gastos y alejarse del derroche.

En mi carácter de Senador electo por la CDMX presenté una propuesta para eliminar gastos de ese órgano legislativo por un total de 2 mil millones de pesos, con los siguientes puntos:

1. Disminuir el presupuesto global de la Cámara de Senadores de 4 mil 900 millones a 2 mil 900.

2. Recortar 110 millones de pesos del concepto dietas y prestaciones de los senadores.

3. Disminuir 110 millones de pesos del rubro sueldos y prestaciones de altos mandos de la administración del Senado.

4. Ahorrar 240 millones de pesos reduciendo el número de plazas de alto nivel de la estructura administrativa del Senado.

5. Recortar 500 millones de pesos de contratos por honorarios.

6. Retirar 800 millones de pesos de los presupuestos destinados a grupos parlamentarios y comisiones.

7. Cancelar el gasto de 220 millones de pesos en pasajes y viáticos al extranjero.

8. Recortar 20 millones de pesos en materiales y suministros.

9. Bajar los ingresos reales de los senadores de aproximadamente 300 mil a 90 mil pesos al mes.

10. Eliminar bonos y sobresueldos.

11. Eliminar seguros de gastos médicos mayores, de vida y de retiro.

12. Cancelar las compras de parque vehicular.

13. Cancelar las compras de equipos informáticos.

14. Respetar plazas, sueldo y prestaciones de los trabajadores de base.

15. Disminuir a la mitad el número de comisiones ordinarias, especiales y bicamerales.

Esta es una idea personal, pero aspiro a que el Senado la haga suya. Así, lograremos que recursos que durante décadas han sido desperdiciados, por fin se apliquen en beneficio del país. Se trata de recuperar la confianza en la política y de dignificar la presencia de los legisladores.

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