El miedo a Morena y AMLO

OPINIÓN 31/08/2015 05:00 Actualizada 05:00

De acuerdo con la Ley Orgánica del Congreso de la Unión y el reglamento interno de la Cámara de Diputados, sus órganos de gobierno se alternan, por periodos de un año, entre las fuerzas legislativas mayoritarias. Dos son esos órganos de gobierno: la Mesa Directiva o Presidencia de la Cámara y la Junta de Coordinación Política (Jucopo). Ésta última la conforman los líderes de todos los grupos parlamentarios que conforman la Legislatura. Y la primera, la encabeza un diputado de cualquiera de los tres grupos políticos con un mayor número de asientos.

Tradicionalmente, la primera presidencia de la mesa directiva en una nueva Legislatura la ha ocupado el partido que obtuvo el mayor número de asientos y, como un mismo grupo parlamentario no puede tener al mismo tiempo esa posición y la presidencia de la Jucopo, ésta la ocupa un diputado del partido que obtuvo el segundo lugar en cuanto a número de asientos.

En esta nueva Legislatura, que es la 63 y se constituyó el sábado para empezar a sesionar formalmente mañana 1 de septiembre, el PRI ganó el mayor número de curules, seguido por el PAN y por el PRD. Así, de acuerdo con lo acostumbrado, la presidencia de la mesa directiva, en este su primer año legislativo, correspondería al Revolucionario Institucional, y al PAN la de la Jucopo. Pero la conformación de los órganos de gobierno en esta ocasión quedó sujeta a una negociación política, no prohibida, pero tampoco explicitada en la Ley Orgánica y en el reglamento interno.

Esa negociación llevó a la presidencia de la Cámara de Diputados al PRD, la tercera fuerza política, y al PRI, la primera, a la presidencia de la Jucopo. Ésta, por lo tanto, será encabezada por el líder del grupo legislativo priista, César Camacho Quiroz; y aquella, por el perredista Jesús Zambrano. El PAN, la segunda fuerza, ocupará esas posiciones en posteriores años de la 63 Legislatura que irá hasta 2018.

Una primera lectura de esa negociación está en la lógica de la pluralidad y el equilibrio de fuerzas, en momentos en que la debacle del PRD obliga, para su salvamento, marcar distancia del gobierno como verdadera oposición, después del altísimo costo electoral que tuvo para el partido del sol azteca el Pacto por México y su alineamiento con las reformas de Peña Nieto. Éstas, requieren de leyes reglamentarias que deberá procesar la nueva Legislatura en la que, no obstante la mayoría que ya tiene garantizada el PRI con el Partido Verde, se apuesta a poder respaldarlas, si no con la unanimidad, si con algunos votos de la oposición del PAN y el PRD. Se echa mano para esto de Zambrano, el ex líder perredista de la agonizante corriente de ‘Los Chuchos’, quien fuera pieza esencial para el gobierno en la aprobación de sus reformas.

Una segunda razón, menos conceptual pero más práctica y que, según las fuentes consultadas, dio lugar al involucramiento del gobierno en las negociaciones para la conformación de los órganos de gobierno de la nueva Legislatura, es la de usar a Zambrano, a ‘Los Chuchos’ en retirada y al PRD, como una bien apuntalada barrera de protección ante el embate político contra las reformas que calculan empezará mañana mismo desde la trinchera del grupo legislativo del Movimiento de Regeneración Nacional y su líder López Obrador. Fue pues el miedo a Morena y AMLO.

2. CANDIDATURA. Buenos resultados en seguridad, empleo y turismo abrieron la puerta a Mauricio Góngora, presidente municipal de Solidaridad (Playa del Carmen), Quintana Roo, para aspirar a la candidatura del PRI al gobierno del estado. Góngora presentará el próximo sábado 19 de septiembre su segundo informe como alcalde. Destacará, entre otras cosas, la ampliación de la oferta hotelera de este gustado destino turístico hasta 42 mil cuartos. Las elecciones en Quintana Roo serán el año entrante.

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