Arnoldo

OPINIÓN 31/05/2013 00:00 Actualizada 00:00

Arnoldo Martínez Verdugo tiene muchos significados positivos para México. Su legado político es amplio y merece, al menos, una profunda reflexión no sólo por parte de los militantes de izquierda, sino por la sociedad en su conjunto.

En Arnoldo confluyen valores como valentía, honestidad, capacidad de innovación, generosidad, mística militante, capacidad para construir mayorías, así como una clara vocación de cambio por la vía pacífica.

A pesar de que le tocó dirigir al Partido Comunista Mexicano en una época de persecución y represión institucionalizada, decidió rescatar a ese partido del control del Estado en el que se encontraba.

Lo anterior no sólo le dio independencia y capacidad de lucha a la izquierda, también le ganó credibilidad entre la gente.

La política de “unidad a toda costa” había desmovilizado a la izquierda y Arnoldo decidió diferenciarse de lo que entonces se conocía como izquierda paraestatal e ir a una lucha clara y firme contra el autoritarismo y los atropellos del gobierno.

Esto dio como resultado que la izquierda volviera a ser solidaria con las luchas independientes de obreros, campesinos y estudiantes.

Gracias a las transformaciones impulsadas por este dirigente la izquierda logró atraer a un numeroso grupo de intelectuales destacados que aportaron su talento y lograron renovar el discurso y la acción del PCM.

Los cambios introducidos por Arnoldo dieron una identidad a la izquierda mexicana distinta al nacionalismo revolucionario pero también diferente a modelos de otros países o centros internacionales de poder. Arnoldo coadyuvó a la nacionalización de la izquierda mexicana.

Arnoldo Martínez Verdugo también transformó a la izquierda mexicana para orientar su lucha por la vía democrática, electoral y pacífica.

Y culminó su obra contribuyendo a la unidad de las distintas fuerzas de izquierda.

¡Hasta siempre, Arnoldo!

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