Barbarie

OPINIÓN 30/10/2015 05:00 Actualizada 05:00

Quizás porque ocurrió pocos días antes de que un superhuracán amenazaba con devastar las costas de Jalisco y Colima, pero más porque se ha vuelto algo demasiado cotidiano, muy poca atención se le dio al linchamiento en Puebla de dos jóvenes encuestadores a los que voces anónimas, ocultas entre la masa, acusaron de ser secuestradores.

La ejecución tumultuaria y sin proceso, que eso es un linchamiento, ocurrió el miércoles 21 de octubre pasado en Ajalpan, un depauperado pueblo enclavado en la Zongolica, una de las regiones más pobres del país. Hasta ahí habían llegado dos jóvenes hermanos a levantar una encuesta sobre el consumo de tortilla ordenada a la empresa Marketing Research & Service.

De algún lugar del pueblo surgió el rumor de que los dos fuereños eran secuestradores, lo que prendió el ánimo de la gente. Sobrecogedoras imágenes que registraron el hecho mostraron con crudeza cómo los encuestadores fueron golpeados y pateados por la turba hasta matarlos, para después prenderles fuego en el zocalito de la localidad.

Al ver las imágenes, la atención se centraba en el linchamiento mismo y acaso muy pocos se percataron del comportamiento de la turba: gritos de rabia, rostros furibundos, patadas frenéticas. Otros no actuaban, pero incitaban. Exudaban morbo, complacencia, satisfacción.

El episodio fue incontrolable para una policía sin preparación ni respeto por su secular complicidad con delincuentes en ese lugar tan lejano a la mano de Dios. En suma: la barbarie.

¿Por qué hemos llegado a estos niveles de patología social que tienen expresión en hechos como los de Ajalpan? ¿Por qué la violencia contra los normalistas de Iguala, su desaparición y probable incineración o el irracional desollamiento de uno de los jóvenes asesinados?

La naturaleza humana es violenta y por eso se ha dado formas de control y organización social que evitan que esa violencia del hombre devore al propio hombre. Cuando esas formas son rebasadas, todos quedamos al borde de la anarquía. En el caso nuestro, el de los mexicanos, sale a relucir esa entraña profunda, antiquísima, parte de nuestro ser y de una historia llena de episodios de explotación y violencia. 

Es lo que algunos llaman el México profundo, el México bárbaro, donde la injusticia lleva a la gente a tratar de procurarla por propia mano, donde la desigualdad y la pobreza son la constante, donde el abandono es secular, donde los gobernantes hacen vacío ocupados como están en seguir proyectos personales y de negocios.

Y en medio de todo esto, lo que verdaderamente asusta es lo común que se han vuelto episodios como el de Puebla, la ilegalidad como forma de vida, la aceptación del delito como parte central de nuestra cotidianeidad.

 

Instantáneas. 1. TENSIÓN. Un ejemplo del choque entre la voluntad de hacer cumplir una ley y la decisión de boicotearla por considerarla injusta, está en la reforma educativa y la Coordinadora en Oaxaca. El gobierno, a través del secretario de Educación Aurelio Nuño ha seguido una línea clara: hacer cumplir la reforma educativa. Empezó, en el caso de Oaxaca, por quitarles el control del IEEPO, lo que implicaba estructura y recursos. Después empezó a descontarles el salario a los maestros “faltistas” y ayer llegó al punto extremo de detener a cuatro de los dirigentes de la Sección 22 al acusarlos de bloquear vías federales de comunicación y dañar instalaciones estratégicas. Cuando los descuentos, la CNTE convocó a la movilización sin mucho éxito. Ahora lo hace ante la detención de sus dirigentes y es previsible que ya con asuntos penales de por medio, escale la confrontación. 

2. GUERRA SUCIA. Una muestra de lo que serán la campañas para renovar gobernadores en 12 estados en julio próximo, la está poniendo Oaxaca. Ahora fue una grabación en la que el ex gobernador Ulises Ruiz habla con su publicista de cómo descarrilar las aspiraciones de uno de los posibles candidatos de su propio partido, el PRI, Alejandro Murat. Y es que se trata del hijo de su archienemigo, el también ex gobernador José Murat. El asunto va a dar para más. 

3. INSULTOS. El tema de la reducción del impuesto a los refrescos, que finalmente fue rechazada por el Senado, llevó a los insultos a dos senadores vía twitter: Gustavo Madero del PAN le dijo a Miguel Barbosa del PRD: “deja de decir barbosadas y mentiras pendejo”. Y es que el perredista acusó al panista de ser el promotor de la disminución a la mitad del impuesto a los refrescos. Que feo se llevan.

 

@RaulRodriguezC 

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