Cómo vencer a suegros criticones

OPINIÓN 30/10/2013 05:00 Actualizada 05:00

“Así no le gusta la sopa a mi hijo”, “a mi hija le cumplíamos todos sus gustos”, “las madres modernas no saben criar hijos”, “así no se hace”, “te falta experiencia”, “te lo digo por tu bien y el de la familia”, “nunca nos toman en cuenta” son las típicas frases que dicen a sus yernos o nueras los suegros criticones, quienes escudados tras el gran amor a sus hijos, sólo generan discordia.

De entre las relaciones humanas, la más compleja es sin duda la amorosa y se complica más cuando los suegros, de uno o de ambos, se la pasan criticando a la pareja de su retoño, ya sea directa o indirectamente, con buenas o malas intenciones o bien, sólo porque no tienen otra cosa qué hacer más que supervisar la vida de sus hijos.

Hay una cosa que es bien cierta, y especialistas en terapia familiar y de pareja, como Susan Forward, coinciden: que los suegros llegan a nuestras vidas no sólo en calidad de familia, sino también de personas mayores. “Por eso es común sentir una fuerte presión social de no ofenderlos, aunque ellos sí parezcan hacer su mejor esfuerzo para ofendernos a nosotros”.

De hecho, eso parece ser “la llave que abre la puerta” para que los yernos y nueras permitan la intromisión de sus suegros en su vida marital y tengan dificultades en la forma y frecuencia de poner límites con ellos.

Y es que, como dicen los especialistas, el ansia de complacer y ser aceptado por la nueva familia es natural y comprensible hasta cierto punto, pero cuando se escapa de las manos, se llegan a permitir críticas sobre toda la dinámica de las familias de los hijos.

Hay que tener claro que en toda relación de pareja, lo que hace difícil lidiar con los problemas con los suegros es que forman parte de un triángulo: todos los suegros entrometidos usan todos los recursos que tienen disponibles para controlar a su hijo o hija y minimizar la relación adulta entre éste y su cónyuge.

Es importante saber que la crítica abarca desde irritar hasta herir, y se paga un precio muy alto en términos de salud mental y emocional si no se establecen límites apropiados al comportamiento dañino.

Por eso, sean como sean, las críticas maliciosas producen tensión y malos entendidos en el matrimonio porque los suegros criticones desencadenan muchas de nuestras vulnerabilidades y dudas propias; además, minan la confianza que tenemos en nosotros mismos.

Y esto pasa cuando los suegros son incapaces de comprender que cuando su hijo o hija se casa, la vida cambiará por necesidad. Y son capaces de “pelear con uñas y dientes” para evitar que esa leve alteración que es el matrimonio de los hijos, cambie los patrones familiares tradicionales.

Uno de los errores más comunes es pensar que las críticas y la intromisión bajarán cuando nazcan los nietos, pero esto es al contrario, “es posible que se encariñen con el nieto, pero esos sentimientos no se extienden hacia uno”, dice Forward.

Así, desde el noviazgo hay que saber que existen derechos básicos que tenemos como personas como: criar a los hijos sin su interferencia, cometer errores, cambiar de opinión; como pareja, y con los suegros, establecer los lineamientos de la vida en su hogar y que se respeten; pedir apoyo y ayuda de la pareja en los problemas con los suegros o protestar frente a ellos cuando interfieran de más.

Con los suegros se tiene derecho a hacerles ver que nos han lastimado con su actitud, pedirles que no se metan en los problemas entre nuestra pareja y uno, decirles lo que se espera de ellos, poner límites en cuanto al tiempo de convivir con ellos.

Y hay cosas que no son negociables, dice la experta, como: “los suegros mínimamente deben tratar a la pareja de su hijo o hija con cortesía y respeto, por ello, es de suma importancia que nuestra pareja nos dé la prioridad, si no, los suegros seguirán criticando e interfiriendo”.

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