Las firmas

OPINIÓN 30/09/2013 05:00 Actualizada 05:00

Se puede ver ya a pesar del gigantismo urbano de la ciudad de México que todo se traga: las brigadas del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) hacen contacto con los capitalinos en la banqueta, en el transporte público, en los automóviles y hasta en las casas.

Entregan propaganda en la capital e invitan a firmar la más reciente petición de AMLO al gobierno de Peña Nieto, una consulta popular sobre la reforma energética. La pregunta es: ¿quieres una consulta popular sobre la reforma energética? El sí deber ir avalado por una firma y la correspondiente clave de elector de la credencial del IFE.

La reacción de la gente es tan variada como la ciudad misma. Los brigadistas normalmente encuentran sin regateo un sí en las colonias populares. El mayor rechazo —según refieren ellos mismos— lo encuentran en las colonias de clase media. Y en las principales avenidas de la ciudad no falta el jovencillo que desde su auto grita: “¡Hey Morena!”, para meterse enseguida el índice a la boca en aparente intención de provocarse el vómito.

Tampoco falta la expresión de un hombre de mediana edad de traje y corbata que dice a una brigadista ya mayor, acaso setentona, bien arreglada: “¡Ya ponte a trabajar!” a lo que la mujer contesta, no por serena menos irónica: “Llevo trabajando el doble de años que tú, lo que me autoriza a decirte que ojalá no llores después como niña lo que no supiste defender como hombre”.

Ha transcurrido una semana desde que López Obrador hizo el llamado a la consulta popular en el mitin celebrado en el monumento a Cristóbal Colón sobre Paseo de la Reforma, mismo tiempo que los “morenos” asistentes (miles y miles, sin que quien esto escribe se atreva a cuantificarlos para no inmiscuirse en un alegato inútil) llevan buscando las 10 firmas a favor de la consulta a la que se comprometió cada uno de los participantes. Cada uno de ellos espera llegar con sus 10 firmas el próximo domingo a otro de mitin de AMLO, a ver si ahora sí en el Zócalo, para hacer la sumatoria final de las recabadas.

No parece haber duda de que lo conseguirán como tampoco parece haberla de que el gobierno vaya a acceder a esa consulta: no hay ley que lo obligue y, en su lógica, basta con que esté de acuerdo la mayoría calificada de la desprestigiada e insuficiente representación nacional.

Esa mayoría, parece previsible, recibirá “planchada” la aprobación de la reforma energética” desde los acuerdos cupulares previos del Pacto por México, por lo que la aprobación parece inminente.

Es ahí donde entra la segunda parte de la estrategia opositora de izquierda: una consulta popular revocatoria propuesta por Cuauhtémoc Cárdenas. Ésta, a diferencia de la solicitada antes de la aprobación de la reforma, sí está sustentada en una obligación legal y su resultado sería obligatorio.

Su legalidad está sustentada en el artículo 35 de la Constitución que exige, para la realización de la consulta popular, en este caso revocatoria, un número de firmas equivalente a 2% del total de los integrantes de la lista nominal de electores, lo que significa que se necesitan un millón 630 mil firmas con las que se ordenaría al Congreso la realización de la consulta. Si en dicha consulta —que en este caso se realizaría en las elecciones intermedias de 2015— participa 40% del total de la lista nominal de electores (unos 32 millones 600 mil mexicanos) su resultado sería de aplicación obligatoria.

MAS CLARO ni el… lodo. De éste han emergido no sólo muerte y destrucción en las zonas del país severamente golpeadas por las lluvias. También se ha evidenciado lo peor de la pobreza lacerante de aquellos mexicanos que, empujados por la “bonanza” global de los ricos y sus negocios, han sobrevivido en laderas de montes, en lechos de ríos, lagunas resecas y en todo tipo de zonas de riesgo. Si el presidente Peña Nieto ya dijo que se procederá contra influyentes y funcionarios públicos que aceitados por la corrupción permitieron asentamientos humanos en zonas peligrosas como las hoy cubiertas de agua, uno de los que tendrán que poner sus barbas a remojar por lo sucedido en la zona conocida como Acapulco Diamante será Diego Fernández de Cevallos.

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