SIN ESPACIOS Quienes ayer se quedaron con las ganas, fueron cientos de integrantes del Sindicato Mexicano de Electricistas, quienes planeaban sumarse al plantón que maestros de la CNTE mantienen en el Zócalo capitalino y sus calles aledañas. La organización liderada por Martín Esparza, se había apropiado de la Plaza de la Constitución durante los últimos dos años y aprovechó la ocupación de este espacio para negociar sus exigencias ante autoridades federales, que trataban de liberar el Zócalo ante la celebración de los festejos patrios. Para este año, los electricistas no ocuparon la plaza, pero el panorama no luce nada halagador, pues la presencia de integrantes de la CNTE no dejó espacio para que el SME colocará 14 carpas que se tenían preparadas para montar un campamento en el primer cuadro de la ciudad, que ahora no le servirá a Esparza y sus seguidores como moneda de cambio.

OMITEN PROBLEMA En medio del descontento que existe por los bloqueos y manifestaciones que han afectado las actividades en la ciudad durante las últimas semanas, los diputados perredistas de la Asamblea Legislativa evitaron que se discutiera una propuesta para regular las marchas en la Ciudad de México. La propuesta fue congelada con el apoyo de los legisladores del PRD y el PT, ante lo que el presidente de la Comisión de Gobierno, Manuel Granados, argumentó que antes de regular las marchas en la urbe, debe existir una legislación federal en la materia. Al final, se da otra muestra de que se exige una reforma para dotar de autonomía a la capital del país, mientras legisladores locales echan la bolita a instancias federales para no abordar problemas que afectan de lleno a la población del Distrito Federal.

PERDIÓ EL JUICIO Donde también se olvidaron por completo de la ley, fue en el Tribunal Superior de Justicia del estado de Morelos, donde el magistrado Miguel Ángel Falcón Vega agredió a dos de sus compañeros durante un acto público. El magistrado montó en cólera por las observaciones realizadas durante una sesión del tribunal y golpeó a su compañero Rubén Jasso Díaz, después de tirar a otro magistrado que intentó calmarlo.