Binoculares

OPINIÓN 29/05/2013 00:00 Actualizada 00:00

EN CALMA Mientras que los jefes delegacionales de Álvaro Obregón, Gustavo A. Madero, Iztapalapa y Tlalpan se quedaron con las ganas de obtener recursos de la Cruzada Nacional contra el Hambre, después de que la secretaria de Desarrollo Social, Rosario Robles, los dejó plantados, el jefe de gobierno capitalino, Miguel Ángel Mancera, tomó el asunto con tranquilidad y aseguró que su administración no tiene prisa para obtener fondos del programa federal. Al parecer, el mandatario capitalino y los jefes delegacionales no andan en el mismo canal, pues los gobernantes de las demarcaciones llevan semanas haciendo planes y levantando la mano para obtener recursos de la cruzada. Por lo visto Mancera no defenderá sus peticiones ante las autoridades federales.

SEDE ALTERNA Quienes perdieron su silla a pesar de no irse a La Villa, fueron los jefes delegacionales de Magdalena Contreras, Tlalpan, Azcapotzalco, Venustiano Carranza, Cuauhtémoc, Milpa Alta, Tláhuac e Iztacalco, que terminaron por irse a un restaurante, después de que no se les asignó un asiento en el acto en el que el contralor Hiram Almeida presentó un reporte sobre la labor de las autoridades capitalinas en contra de actos de corrupción. El evento que se realizó en el Centro Cultural España no tuvo la logística adecuada, según el jefe de gobierno, quien justificó de esta forma que los delegados no tuvieran un lugar asignado. Ante estos hechos, parece que el mandatario capitalino se encuentra distanciado de los gobernantes de las demarcaciones.

¿VÍAS EXCLUSIVAS? El mal diseño de las líneas 3 y 4 del Metrobús estuvo a punto de derivar en una tragedia el día de ayer. Y es que uno de los operadores del sistema estuvo en riesgo, después de que varias personas quisieron golpearlo tras atropellar a un peatón en las inmediaciones de la iglesia de San Hipólito. El accidente ocurrió en medio de un caos logístico ocasionado por la llegada de miles de fieles que visitan el templo los días 28 de cada mes y un cierre en Bucareli por una protesta del Sindicato Mexicano de Electricistas, que cercó el camino de las unidades del Metrobús en la zona.

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