Gran Angular

OPINIÓN 29/02/2016 04:00 Actualizada 04:00

Como si fuera poco el legado de desgobierno y desprestigio del que ya se le responsabiliza en Oaxaca, el gobernador Gabino Cué provoca ahora una fractura más al partido que encabezó la alianza que lo llevó al poder con una agenda de cambio que en su momento entusiasmó, pero que al cabo de seis años en el poder ni siquiera se acercó a cumplir.

La imposición de José Antonio Estefan Garfias como candidato de la alianza PRD-PAN (este último manejado en el estado por el ex gobernador Diódoro Carrasco, cabeza del grupo hoy en el poder, conocido allá como "los toficos", por aquello de ¡uy qué ricos!), abrió un nuevo flanco de ruptura en el ya de por sí vapuleado partido que alguna vez representó a la izquierda electoral mexicana.

Los enfrentamientos violentos de la militancia perredista en la reunión del Consejo Estatal, ya adelantaban la ruptura y fueron, en su momento, clara advertencia de que el gobernador Cué imponía condiciones y preferencias.

Derrotado en la contienda interna, el senador Benjamín Robles Montoya anunció que se va del partido y que algunas otras formaciones políticas ya lo buscaron para que los abandere en la contienda electoral.

Lo de menos sería que el apodado "cara sucia" por el sarcástico ex gobernador Ulises Ruiz, apareciera en la boleta electoral. El problema para el PRD es que le dividiría el voto y que un buen número de militantes están dispuestos a abandonar con él las filas del partido del sol azteca, una escisión más de las muchas que lleva desde que hace ocho años la Nueva Izquierda de Jesús Ortega y Jesús Zambrano se apoderó de la dirección amarilla con todo y sus desastrosos resultados electorales federales de medio término.

Incluso ex ‘chuchos' como el hoy vicecoordinador de los diputados perredistas, Guadalupe Acosta Naranjo, interino en 2008 de la presidencia perredista, han amagado con dejar al partido, lo que se aprecia en el intercambio de mensajes que él y otros militantes hicieron en el chat de la fracción parlamentaria, tras la designación de Estefan Garfias.

"Felicidades Pepe Toño", escribió el diputado Jesús Valencia, a lo que Acosta Naranjo respondió: "Qué triste que festejen una imposición de quien estaba abajo 2 a 1 en las encuestas. Así lo hicimos en el Distrito Federal y así fue el resultado. No se publicó siquiera el padrón de consejeros y se votó adulterando todo. Disculpen que sea un aguafiestas, pero otra vez el interés de la corriente (Nueva Izquierda), por encima del partido. No sean irresponsables camaradas estamos llevando el partido a la debacle".

Y el chat siguió así: -Diputado Omar Ortega: ¡Jajajajajaja!

-Guadalupe Acosta: Borracho, Omar, borracho y vulgar.

-Diputada Lucía Meza: Ganó ADN adentro, para perder afuera como siempre.

-Jesús Valencia: No ofendas mí querido Guadalupe.

-Guadalupe Acosta: Pues que no se burle ese borracho y corrupto de Omar. ¿O no sabemos eso?

-Omar Ortega: Te mando un fuerte abrazo, Naranjo.

-Guadalupe Acosta: Yo también Omar, pero ya no toleraré ninguna chingadera más tuya, y si quieren expúlsenos.

-Jesús Valencia: Nadie los va a expulsar Naranjo. Ayuden a que las cosas funcionen.

Todos somos importantes. Sugiero que den de baja momentánea este chat, no es conveniente por ahora.

-Diputado Javier García: Vamos a considerar nuestra permanencia en esta fracción parlamentaria.

-Jesús Valencia: Eso es un chantaje, compañeros. No nos equivoquemos.

-Fernando Galván: Desde aquí les digo: Oaxaca se lo van a entregar al PRI por esta imposición, es la misma película que pasó en Zacatecas en el año 2010, a tiempo se los informo. Pobres Pepe Toños perredistas, pobre PRD con esos candidatos.

-Jesús Valencia: Sugiero que den de baja este chat y lo ideal es que se sumen.

-Guadalupe Acosta: Creo que vamos a irnos del partido. Sigan pensando en tener una negociación presupuestal donde se roben el dinero, las candidaturas. Todo. Llevaron al partido a la debacle.

Hasta aquí el chat perredista.

Los principales beneficiarios de la ruptura serán, en los comicios de Oaxaca, el PRI y su candidato Alejandro Murat; y en las presidenciales de 2018, el propio tricolor (frente a una oposición cada vez más fragmentada), y Morena, en la pepena del perredismo en fuga.

@RaulRodriguezC

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