Peña Nieto: más de lo mismo

OPINIÓN 28/11/2014 05:00 Actualizada 05:00

El mensaje a la nación" que ofreció el día de ayer Enrique Peña Nieto fue un monumental acto de cinismo, ya que con él se pretendió dar ‘carpetazo’ al tema Ayozinapa sin siquiera concluir las investigaciones. El acto evidenció que para el Presidente es más importante seguir impulsando reformas antipopulares que dar respuestas concretas a las demandas ciudadanas.

Por ejemplo, anunció la desvinculación del salario mínimo de las medidas fiscales. Esta medida sólo redundará en un incremento de impuestos y no de los salarios.

Por otro lado, adelantó que impulsará una serie de reformas al sistema policial que lejos de acabar con la corrupción, exculpan a los gobiernos estatales y federal de estar penetrados por el ‘narco’, pese a distintas informaciones que señalan el contubernio de gobernadores y funcionarios federales con el crimen y la delincuencia.

Ofreció más presupuesto para la policía. A Peña Nieto se le olvida que los recursos destinados a los cuerpos policiacos se han incrementado 10 mil por ciento en los últimos años y lejos de pacificar al país sólo ha servido para financiar al crimen.

También habló de derechos humanos. Sin embargo, Peña Nieto carece de autoridad moral para tocar el tema luego de las detenciones arbitrarias contra jóvenes manifestantes, el 20 de noviembre en el Zócalo, y de que estos fueron trasladados a penales de alta seguridad. El presidente de la República es el principal violador de los derechos humanos.

Que Peña Nieto hable de desigualdad social y de lucha anticorrupción es una bofetada al pueblo de México, luego de que ha quedado al descubierto su fortuna millonaria.

Por ello, su mensaje fue un acto de cinismo que pretende hacer creer que su administración tomará medidas contra los grandes problemas, cuando lo único que ha hecho es malbaratar los recursos nacionales, reprimir y perseguir a los opositores.

El mensaje de Peña Nieto sólo fue un intento más por mostrarse arropado por distintos sectores de la sociedad y por revivir las glorias del llamado Pacto por México, pero más allá de este montaje no revela nada nuevo ni traza una verdadera ruta de solución a los conflictos. Al contrario, el discurso de EPN constituye una nueva amenaza para la sociedad mexicana.

El mandatario federal no ha aprendido que los problemas de México no se resuelven con pactos en la cúpula, sino con acuerdos con la ciudadanía, y para ello sería indispensable realizar la consulta energética que cínicamente canceló la Corte.

Finalmente, el presidente citó en su mensaje el grito de “Todos somos Ayotzinapa”, pero omitió decir que esa consigna con la que los jóvenes siempre la acompañan con un contundente: “Fuera Peña Nieto”.

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