Activar el amor y el deseo

OPINIÓN 28/06/2013 05:00 Actualizada 05:00

Hoy se sabe que en mucho le debemos a las hormonas la posibilidad de amar y de excitarnos. Son las que nos generan el deseo sexual y las que nos provocan las emociones que sentimos. Por ello, saber mantenerlas en niveles sanos ayuda mucho a tener una mejor vida sexual.

También se sabe que las hormonas no funcionan igual en hombres que en mujeres y aunque ambos comparten el mismo tipo de sustancias, para enamorarse en cada uno se producen efectos diferentes.

Por ejemplo, en los varones, la dopamina y la testosterona combinadas es lo que hace que se sientan atraídos por una mujer; en ella, la serotonina aumenta y se descarga la oxitocina, esto suele ocurrir al inicio del enamoramiento, donde no hay mucho en qué ayudar a la química del amor porque el principal ingrediente está activo: la novedad.

Cuando pasa el tiempo, las personas se conocen más y la intimidad se profundiza, las hormonas presentan, de manera natural una caída, ya que para el cuerpo sería muy complicado siempre tener ese nivel de excitación y deseo.

Esto sólo quiere decir que a partir de ese momento debemos ayudarnos a que el deseo y la excitación sigan actuando en la relación, ya que de manera espontánea no se darán tan elevados niveles de dichas hormonas.

Comprender esto es el primer paso para que en vez de frustrarnos y pensar que la relación decae, aprendamos más sobre nuestra sexualidad y la de nuestra pareja.

La clave es saber cómo cada uno puede hacer por sí mismo y por el otro que las hormonas suban. En el caso de las mujeres, cuando procuran ser románticas su testosterona (que produce el deseo) sube, pero la oxitocina (del afecto y apego) no, por ello muchas veces cuando son ellas las que toman la iniciativa pueden llegar a sentirse utilizadas y resentidas. Por eso, lo mejor en este caso es centrarse en la actitud que se toma más no en las acciones, es decir, tomarse tiempo para reflexionar en lo que él le da y valorarlo hace que se relaje, baje el estrés y la oxitocina suba junto con las ganas de querer intimidad.

De esta manera, las mujeres están más dispuestas a ser románticas y cariñosas así como a disfrutar más intensamente la relación sexual, pues se sienten contenidas en los afectos.

En el caso de los varones, cuando la novedad pasa y los niveles de las hormonas decaen y dejan de ser los entes creativos que pretendían sorprender a su pareja para ser aceptados, dejan de hacer planes y para planear eventos románticos los hombres requieren grandes cantidades de testosterona.

Para subirla es necesario que los varones tomen en cuenta que la espontaneidad, por cómoda que sea no llega todos los días, y que hacer ciertas cosas es indispensable para conseguir el premio mayor: una mujer dispuesta al sexo y al amor.

Las muestras de cariño son básicas para hacer sentir bien a una mujer, el beso y el abrazo no deben faltar, igual que los “te quiero” y las caricias.

Hacer estos pequeños detalles conlleva grandes beneficios, uno de ellos es que la mujer al no tener necesidad de pedir más atención, presiona menos a su pareja y le da más libertad.

El espacio que se genera produce en los hombres un tiempo en el cual recarga baterías para enfrentar sus retos personales, profesionales y poder regresar más pronto al placer del amor y el sexo.

Ambas partes de la pareja deben tener en cuenta que las novedades siguen existiendo a lo largo de la vida en pareja, pero la rutina y la comodidad no dejan verlas; el primer error es creer que uno ya conoce a la persona con quien vive y que no hay más que descubrir.

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