Nuevo modelo de desarrollo para el país

LILIA MERODIO

OPINIÓN 28/04/2016 12:07 LILIA MERODIO Actualizada 12:07

Los principales indicadores económicos y sociales disponibles a nivel nacional, revelan que durante las dos últimas décadas se han exacerbado las asimetrías entre las regiones del país, ya que mientras los estados del norte presentan un crecimiento del PIB por habitante de 47%, en términos reales, en Chiapas, Oaxaca y Guerrero, creció apenas 7%.

Por otra parte, la región Sur registra los menores niveles de productividad y competitividad, a la vez que comprende seis de cada diez de los municipios con grados de marginación alto o muy alto del país.

El gobierno de la República se comprometió desde el inicio de la actual administración, a mejorar el bienestar de los mexicanos, en particular, los que viven en las zonas que presentan los mayores rezagos a nivel nacional.

En este contexto, adquiere especial relevancia la aprobación, el pasado 14 de abril, en el Senado de la República, del proyecto de decreto por el que se expide la Ley Federal de Zonas Económicas Especiales y se adiciona el artículo 9 de la Ley General de Bienes Nacionales. Cabe recordar que la iniciativa fue enviada por el Titular del Ejecutivo Federal, siendo aprobada por la Cámara de Diputados el 14 de diciembre de 2015.

Su objetivo primordial es impulsar el crecimiento económico de las regiones del país que cuentan con mayores rezagos sociales, a través de la inversión, la productividad, la competitividad, el empleo y una mejor distribución del ingreso entre la población.

Constituye entonces una nueva herramienta para promover el desarrollo, por medio de la generación de riqueza. En última instancia, estas zonas son concebidas como un medio para abatir la desigualdad y cerrar las brechas regionales que aún persisten en nuestro país.

Existe evidencia a nivel nacional e internacional de que la productividad es uno de los elementos claves para superar la pobreza y para que las personas perciban más ingresos por su trabajo, lo que generaría condiciones de crecimiento, progreso y bienestar para la mayoría de la gente. Por tal motivo, la estrategia de las zonas se sustenta en el aumento sistemático de la productividad.

Pero la idea no es sólo elevar la productividad de aquellas industrias o regiones que ya son competitivas, sino de democratizarla, es decir, hacerla efectiva para toda la población y para todas las regiones.

La nueva ley permitirá también impulsar el desarrollo regional, rompiendo los esquemas de las políticas tradicionales, a través del aprovechamiento de su alto potencial productivo y ventajas logísticas.

En general, se trata también de un nuevo modelo de desarrollo para combatir la pobreza, basado en el crecimiento y la productividad.

Es una estrategia que incorpora las prácticas exitosas, sugeridas por los organismos internacionales, así como las propuestas de las diferentes fuerzas políticas, del sector privado y los expertos, entre otros actores. Además, cuenta con mecanismos de control, evaluación y rendición de cuentas rigurosos.

Para impulsar y materializar este trascendental proyecto es indispensable la colaboración del gobierno federal, los gobiernos estatales y municipales, en el ámbito de sus correspondientes atribuciones.

Comparto esta visión y coincido en la necesidad y urgencia de implementar las políticas tendientes a fortalecer el desarrollo regional, generar condiciones de igualdad y progreso para las familias mexicanas.

*Senadora de la República

Presidenta de la Comisión de Atención a Grupos Vulnerables.

 

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