El show de El Chapo

OPINIÓN 28/02/2014 05:00 Actualizada 05:00

Desde el sábado pasado, día en que ocurrió la aprehensión de Joaquín El Chapo Guzmán, el hecho se ha convertido en el eje de la estrategia de comunicación del gobierno de Enrique Peña Nieto. Como si no ocurriera otra cosa en el país, la estructura de comunicación social del gobierno federal se ha dedicado día y noche a difundir, desde distintos ángulos, la detención del capo.

El hecho tiene varias aristas y revela que la administración de Peña Nieto no tienen nada bueno qué informar a la sociedad. También, la estrategia seguida por el poder respecto a El Chapo nos permite apreciar que se trata de una cortina de humo para evitar que se vea lo verdaderamente importante.

Aprehendieron a El Chapo de la misma forma en que en el sexenio de Felipe Calderón detuvieron a otros capos de la droga y, a pesar de la desmedida difusión de estas acciones policiacas, el problema sigue creciendo. La explotación del morbo y la sobreexposición de las imágenes de los jefes de los cárteles de la droga aprehendidos en los últimos sexenios no le han permitido a la sociedad conocer el fondo del problema, y es que una parte importante de la economía nacional se ha narcotizado.

Medio millón de mexicanos vive permanentemente del negocio del narcotráfico, que se ha convertido en la quinta fuente de empleo en nuestro país. Eso es lo que debe preocuparnos y son esos datos los que se pretende ocultar con el show montado en torno a El Chapo por parte del gobierno federal.

¿Por qué el narcotráfico se ha convertido en una opción de empleo para medio millón de mexicanos? Porque desde que hace 30 años se implantó el neoliberalismo en México, el gobierno ha dejado de hacer su trabajo y se ha dedicado a implementar políticas como las privatizaciones, que han provocado que crezca el desempleo y el salario disminuya su poder de compra.

Desde que los neoliberales pisaron Los Pinos los sueldos de los trabajadores mexicanos se han devaluado 79%, la inmigración de campesinos a las ciudades o a EU ha crecido de manera exponencial y muchos agricultores han visto como alternativa de supervivencia integrarse a actividades ilícitas.

Al respecto, quienes han detentado el poder en las últimas tres décadas se han negado rotundamente a incrementar los salarios con el argumento de combatir la inflación que, por cierto, no han logrado frenar, y posibilitaron la privatización del campo al tiempo que se niegan a apoyar verdaderamente a los productores agrícolas con el pretexto de evitar el proteccionismo.

La crisis de inseguridad y violencia que vivimos en la actualidad se la debemos al neoliberalismo y en lugar de rectificar, Peña Nieto responde con sus llamadas reformas estructurales y privatizaciones que harán que problemas como el desempleo y la pobreza crezcan aún más. Es decir, las políticas de Peña Nieto fortalecen el caldo de cultivo de la delincuencia organizada, y para que nadie lo note lanzan una abrumadora campaña mediática que ha provocado que, un día sí y otro también, lo único que se conozca sea la aprehensión de El Chapo.

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