Vivir es encarnar esta ignorancia sin fondo. José Emilio Pacheco (1939-2014).
Parece que no hay manera con nuestra primitiva clase política. No es que gobernadores, legisladores y hasta jefes delegacionales confundan la obligación de informar y rendir cuentas a los ciudadanos con promover su imagen con fines electorales, no. Sino que caen en el descaro y saben de la debilidad institucional del IFE, debido a que se encuentra en una etapa de transición, sí. Pero también el poder legislativo ha tundido al IFE al relegar a la última de las prioridades el nombramiento de los consejeros electorales. Así, en tiempos de las autodefensas michoacanas, los gobernantes optan por la autopromoción.

En ese escenario, el gobernador de Chiapas tiró por la ventana 10 millones de dólares en recursos públicos para promocionar su rostro en revistas y publicidad exterior con motivo de su informe de gobierno. Sumado a la publicidad en revistas del corazón, para hacer pública su vida marital de ensueño con la cantante de música pop, Anahí. La estrategia de Manuel Velasco hizo escuela en Carlos Navarrete que va como candidato único a la presidencia del CEN del PRD y que recurre a las mismas triquiñuelas ¿o será que ambos contrataron al mismo publirrelacionista?

Con tantos actos de campaña anticipados, con la careta de informe de actividades, el país se ha convertido en un carnaval de narcisistas. Por ejemplo, no faltó el confeti para celebrar el sábado a la delegada en Iztacalco, Elizabeth Mateos, que evitó mencionar el escándalo del diezmo que pide a los trabajadores para financiar su proyecto político personal.

También llama la atención el caso del jefe delegacional en Miguel Hidalgo que para promover su primer informe de actividades: pocos son los árboles, puentes peatonales y postes de alumbrado público que se han salvado de que les cuelguen la imagen de Víctor Hugo Romo Guerra. Se trata de una serie de pendones en los que no sabemos si el retrato del perredista pretende hipnotizarnos o informar de manera telepática con los dedos clavados en la frente al estilo de Esteban Mayo o el profesor Zovek. Romo cuenta con acciones de gobierno y obras públicas que respaldan su primer año de trabajo, pero optó por herramientas electoreras de marketing, como el uso de un call center para que una voz grabada llegue a los hogares para compartir la buena nueva: el nombre del delegado. Lamentablemente, con la autopromoción como estrategia, Romo prefirió sumarse a esa gran camada de políticos del montón.

Periscopio
Otro que tuvo su "informe" el fin de semana fue el senador Mario Delgado, con la promoción de imagen como prioridad. Al perredista no le bastó la mala experiencia de su precandidatura al GDF en 2012, donde lo inflaron hasta que reventó cual globo.

En el radar
El domingo pasado, la cara del subsecretario Pablo Kuri lo decía todo, la presión de la opinión pública lo obligó a reconocer la gravedad de la epidemia de influenza estacional. En la Secretaría de Salud habían dado la orden de callar las cifras. Vaya, ante los fallecimientos evitables, el presidente Peña pidió un informe a la titular de Salud. Pareciera que el subsecretario Pablo Kuri tiene más miedo al manejo de crisis que al mismísimo virus A H1N1. En 2009, el reconocido epidemiólogo cometió una serie de errores similares en un brote de dengue en el país y tuvo que renunciar al Centro Nacional de Vigilancia Epidemiológica y Control de Enfermedades.

Bitácora de lo absurdo
Todos los diputados de la Asamblea Legislativa del DF recibieron un bono de casi 800 mil pesos bajo el ambiguo concepto de "apoyo legislativo". Por lo pronto, Jesús Zambrano ya pidió a la bancada perredista que aclare el asunto del bono. Esto sólo adquiere relevancia para el líder perredista cuando llega a los medios de comunicación. En 2011, cuando la hoy senadora Alejandra Barrales estaba en la ALDF también se dieron millonario bono que en su momento se conoció como el pago del mes 13. ¿Por qué no se hizo nada entonces?

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