El pasado 22 de julio, Diana Angélica Castañeda Fuentes hubiera cumplido 17 años. Pero hace tres años, el 7 de septiembre de 2013, ella, delgadita, pequeña, de cabellera pesada y abundante, salió de su casa en la Quinta Sección de Los Héroes Ecatepec. No la volvieron a ver.

Casi un año más, la Procuraduría mexiquense informó a la madre de Diana que había localizado restos de Diana, en el Río de los Remedios. Actualmente, la Procuraduría General de la República ofrece una recompensa a quien dé información que ayude a esclarecer este feminicidio.

Diana habría cumplido 17 años. Pero su imagen, su recuerdo, ha quedado para siempre congelado en los 14 años: las fotografías del último paseo que hizo con su mamá: una camiseta rosa, jeans entubados, zapatos de piso. De fondo: el castillo de Chapultepec. Diana, sonriente, siempre con el cabello sobre el rostro, una sonrisa muy bonita, única. Otro recuerdo: un video que Diana subió a su canal de YouTube. Ella cantando en inglés. Es particularmente bien entonada. Tiene una voz dulce, todavía infantil, de niña. Otro video: Diana y dos amiguitas más divirtiéndose en un patio. Se divierten, brincan y cantan. Sus piernas delgaditas como cañas se agitan y saltan por todo el lugar. No parecen adolescentes, son todavía niñas. Otro recuerdo más, Diana comparte en su red social una caricatura de ella y su mamá. Dos gemelas, sólo que una tiene el cabello negro (Diana), y la otra castaño. Agrega como leyenda: “¡Soy su clon!” El último recuerdo, 11 de la mañana del último día en el que Diana fue vista con vida: “Amo a mi mami”. “Yo también te amo”, la madre responde contenta; todavía no sabe que a Diana están a punto de privarla de la libertad, o ya lo hicieron, que quizá ya está siendo lastimada y que alguien le quitará la vida. Hace tres años de eso. Es el corredor Ecatepec-Tecámac.

Detrás de cada historia en un periódico, hay una familia devastada, amiguitas de la edad que quedan marcadas de por vida por la experiencia brutal de saber que a una de ellas le arrebataron la vida sólo por divertirse, por placer y maldad.

Diana ya fue localizada. Ya descansa en paz. Hay otras niñas, muchas, de quienes no se sabe el paradero, que se extraviaron en las calles de Ecatepec. Una de ellas es Andrea Michael Dávila Martínez, quien desapareció el 6 de agosto de 2014, casi un año después que Diana. El cumpleaños de Andrea también es el 22 de julio. Andi también cumplió 17 años. Una niña seria, de boca pequeña, mirada dulce. A Andrea la siguen buscando. La esperan en casa.