Frente ¿opositor?

Martí Batres

OPINIÓN 27/06/2017 11:55 Martí Batres Actualizada 11:55

El PRIAN nació con el fraude electoral de 1988. Carlos Salinas, en su afán por obtener la legitimidad que no consiguió en las urnas, se acercó al PAN.

En ese sexenio, dirigentes blanquiazules como Diego Fernández de Cevallos, Luis H. Álvarez y Carlos Castillo Peraza hablaban de una victoria cultural de su partido, pues se sintieron representados por primera vez por un gobierno emanado del PRI.

Esta unidad del PRI y el PAN inauguró una forma de hacer política. Con las llamadas ‘concertacesiones’, el PAN logró acceder a gobiernos estatales, a cambio de apoyar a Salinas y sus reformas privatizadoras.

El PAN, como oposición genuina al régimen, desapareció y en su lugar emergió un partido legitimador.

Años después, la relación entre PRI y PAN se fue haciendo más íntima. Se convirtieron en los dos brazos del régimen neoliberal. De esta forma, cuando el desgaste del PRI fue mayúsculo, el sistema optó por dejar la presidencia a Acción Nacional, para continuar con las mismas políticas del PRI, pero ya con alternancia. El régimen optó por el cambio para que todo siguiera igual.

Luego de los dos terribles sexenios del PAN, se optó por permitir el regreso del PRI y ahora se busca el retorno del PAN disfrazado de “Frente Opositor”.

No obstante, esta nueva farsa resulta muy endeble, pues en la mejor tradición salinista, el sexenio comenzó con el proceso de cooptación de la oposición, que se cristalizó en el llamado “Pacto por México”.

De esta manera, los partidos que hoy pretenden dar vida a este “frente” colaboraron con la administración de Peña Nieto para aprobar medidas como la privatización del petróleo o los ‘gasolinazos’.

Este maridaje entre partidos queda también de manifiesto en el plano electoral, pues tanto PAN como PRD sólo son competitivos y se unen donde conviene al PRI, y donde el partido del gobierno es débil y se enfrenta a la posibilidad real de derrota, se prestan al juego de dividir el voto opositor.

Así se pudo observar en el pasado proceso electoral, donde PAN y PRD no se unieron porque el PRI no les dio permiso.

Al contrario, están ayudando a que el tricolor mantenga su coto de poder en el Estado de México.

Si de verdad fueran opositores su apuesta hubiera sido derrotar al PRI.

Por otro lado, los líderes de los partidos que promueven el frente no hacen una crítica al régimen, más bien adoptan un discurso que tiende a apoyar lo que dicen el PRI o el gobierno.

Entonces, si el PAN y el PRD no difieren del PRI, cabe preguntarse ¿a qué se opondría este frente? Su objetivo es servir al gobierno federal y al régimen.

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