A POCO más de un mes de las elecciones federales es lamentable y preocupante el desinterés y la desconfianza ciudadana en el proceso. Muy poco le importa a la gente participar —con su voto o como funcionario de casilla— porque no cree que su sufragio se respete.

El periódico ‘Milenio’ publicó ayer el resultado de una encuesta encargada por el Instituto Nacional Electoral (INE) y sus resultados deberían ser motivo de preocupación para la autoridad electoral, el gobierno y los partidos políticos. Aunque no faltarán quienes, entre estos dos últimos, vean en el desinterés y la desconfianza la posibilidad de controlar el proceso y mantenerse en el poder con el raquítico apoyo de quienes ejercerán el derecho a votar el próximo 7 de junio.

El estudio lo realizó hace un mes Pulso Mercadológico y Covarrubias y Asociados y estos son sus resultados más notables:

1. Sólo 27 de cada 100 encuestados cree que las elecciones que se realizan en México son confiables. Del restante 73%, 23 de cada 100 cree que los procesos electorales han sido parcialmente confiables, y 50 de cada 100 dice tener la sensación de que no lo han sido en absoluto.

2. Tales niveles de desconfianza se reflejan en la percepción que se tiene sobre inseguridad y la violencia: 68% considera que han aumentado, 23% que se ha mantenido y 7% que ha disminuido. Por eso casi la mitad de los encuestados anticipa que habrá incidentes de violencia.

3. Casi la mitad de los encuestados ignoraba que, como resultado de la reforma electoral del año pasado, se creó una nueva institución, el INE, al cual no conocen.

4. Vea usted estos datos que están por el lado del desinterés: sólo 47% supo la fecha de la elección federal y 51% que habrá comicios concurrentes para elegir gobernador en nueve estados.

5. Setena y cinco por ciento mostró desinterés en ser funcionario de casilla.

6. Y, en suma: casi la mitad de los consultados, 44% consideró que México no es un país democrático mientras que 40% respondió que sí lo es.

Esos son los puntos sustanciales del estudio ordenado por el INE. Otro más se contratará cuando ya estén por llevarse a cabo las elecciones.

Tampoco faltarán, ya casi se escuchan sus reclamos, quienes afirmen que tal desinterés y desconfianza son consecuencia del ‘golpeteo’ institucional que el ex candidato presidencial Andrés Manuel López Obrador enderezó tras los comicios de 2006 (sobre todo éstos) y los de 2012, (en menor medida). Las acusaciones de fraude electoral, agregarán los reclamantes, acabaron por vulnerar a la institución electoral y acrecentar la desconfianza de la ciudadana en ello.

No se duda que eso haya influido, pero si verdaderamente caló en un amplio sector de la población, fue por las evidencias de manipulación de resultados. Entonces el deterioro, en efecto, es resultado de ese activismo. Pero ese activismo nació precisamente entre quienes fueron víctimas de los abusos de desigualdad y falta de transparencia.

Por otra parte, el presidente del INE, Lorenzo Córdoba, parece querer vacunarse frente a este panorama poco halagüeño, al declarar que los comicios del próximo 7 de julio serán los más complejos de la historia electoral del país.

La credibilidad del INE —dijo— está en riesgo y podría perderla si fracasa en la aplicación correcta de las 74 nuevas atribuciones con que se le dotó.

Pero la credibilidad del INE ya está en picada si nos atenemos a la encuesta aquí referida: sólo 27 de cada 100 confían en las elecciones.

Una expresión más de esta crisis de desinterés y desconfianza.