La crisis sin fin

OPINIÓN 27/03/2015 05:00 Actualizada 05:00

El "momento mexicano" del que tanto alarde se hizo a propósito de las sobrevaluadas reformas estructurales, definitivamente ha reventado. Hay muchas señales que así lo demuestran, que pronostican tormentas y que no le dejan lugar al optimismo. Vayamos de lo particular a lo general.

El huevo es un producto que históricamente ha servido para completar nuestra ingesta de proteínas ante el encarecimiento de la carne. Durante las últimas tres semanas, su precio registró un alza considerable. En la ciudad de México se ha llegado a vender en 40 pesos por kilo, pero en otras localidades como Veracruz, el precio llegó a los 62 pesos y en Tijuana hasta 102 pesos.

Hace dos años hubo un disparo de precio similar, pero con una causa perfectamente identificable: un brote de gripe aviar que provocó gran mortandad a las aves de corral. No es el caso ahora. Los avicultores dicen que el problema radica en que el consumo de huevo aumenta en Semana Santa. La Secretaría de Economía, por su parte, considera que es un problema especulativo asociado a una estructura monopólica de mercado.

Ambas causas deben presionar al alza del precio del huevo, pero hay una razón más de fondo: el encarecimiento del dólar en el mercado cambiario que, como usted sabe, ha rozado los 16 pesos durante los últimos días.

Las aves ponedoras son alimentadas con insumos que se compran en el extranjero. Todavía en la primera mitad de la década de los noventa los producíamos aquí, pero en esas fechas, resultó más barato importarlos del extranjero y, en la lógica de la apertura comercial y la globalización, se decidió no producirlos más. Se desdeñó aquella recomendación de mantener, en sectores estratégicos como el alimentario, al menos 20% de la producción nacional.

El aumento del precio del huevo, entonces, más tiene que ver con la volatilidad del tipo de cambio que vivimos por la inestabilidad externa y la caída en picada de los precios del petróleo. No se ve que ésta se detenga en el corto plazo, menos aún si en Estados Unidos se confirma que su producción de hidrocarburos seguirá creciendo y se agoten los espacios disponibles para almacenarlo, lo que obligaría a la venta de excedentes y a inundar un mercado en el que el precio podría caer hasta los 20 dólares por barril, de acuerdo con las estimaciones más pesimistas.

Los altos precios del huevo hoy son el reflejo pues, de la fuerte depreciación registrada en el peso durante los últimos meses de 2014 y los primeros de 2015. Analistas económicos estiman que ese producto se seguirá vendiendo a precio alto, incluso hasta julio.

El encarecimiento del dólar ya influye también en el precio de la carne, pues el hato ganadero también se alimenta con insumos de importación. Y no es remoto que también se deje sentir en el de la tortilla, dada nuestra creciente dependencia del maíz que compramos a Estados Unidos, que quizá en algún momento resultaba más barato que el producido aquí, pero que ahora se ha disparado con el encarecimiento del dólar. Esos aumentos pegarán con fuerza en el segundo semestre de este año, estiman los expertos consultados.

A este panorama, de suyo pesimista, habrá que sumarle el ya anunciado recorte del Presupuesto para el año próximo. Ese ajuste sin duda incidirá en el cierre de plazas del gobierno (habrá desempleo) y en el recorte de sus gastos (lo que afectará a proveedores y productores). Nada halagüeño entonces lo que viene.

De ahí el aserto de que el "momento mexicano" reventó, lo que el gobierno, por supuesto, no acepta pero que ha desactivado el triunfalista discurso de las reformas.
El propio presidente Peña Nieto ha reconocido ante el londinense ‘Financial Times' que el país vive una crisis de confianza, mientras que el secretario de Hacienda, Luis Videgaray, recomendó prepararnos para "escenarios desfavorables" y el gobernador del Banco de México, Agustín Carstens, con sus desafortunadas comparaciones (¿se acuerda usted de la pulmonía y el catarrito?), dijo que habrá turbulencia y que el avión se va a mover mucho, pero no se va a caer.

¿Sabrá Dios qué estarán viendo? o ¿sabrá Dios que es lo que no quieren ver?

Instantánea. QUIEN esto escribe tomará unos días de descanso esta Semana Santa. Por aquí nos veremos hasta el próximo 6 de abril.

@RaulRodriguezC

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