Plástico y agresiones en el bosque

Lydiette Carrión

OPINIÓN 26/10/2016 08:58 Lydiette Carrión Actualizada 08:58

Muchos piensan que el ataque ocurrió hasta arriba, en las zonas más remotas del bosque, tal vez cerca del muro que divide con Six Flags, donde la gente escasea. Pero no fue así.

Según algunos de los asiduos corredores que se ejercitan en el Bosque de Tlalpan, la joven en realidad fue agredida muy cerca de la pista de arcilla, donde los usuarios se concentran, aunque eran entre las 12 y las 2 de la tarde, una hora en la que tal vez no hay mucha gente. 

Ocurrió a plena vista, muy cerca de la entrada. La joven quedó muy lastimada. Meses atrás algo similar ocurrió, también muy cerca, pero en esa ocasión el ataque fue temprano, antes de las 8 de la mañana, y la mujer tuvo suerte, alcanzó a zafarse y huir. 

En aquel entonces, como ahora, los reclamos fueron contundentes: no es posible que una mujer no pueda correr y ejercitarse sola sin riesgo. Y, como ahora, las autoridades se apresuraron a hacer como que hacían: repartieron silbatos a las corredoras (Sí. Silbatos. Ríase o llore, como guste); y conminaron: “no se alejen a las zonas remotas del bosque”, como si encontrarse cerca de la entrada fuera una garantía. ¿Acaso los ataques no ocurrieron precisamente ahí, a 800 metros de la entrada? 

Y entonces la policía comenzó a hacer rondas. Iban en “bandita”, de entre cinco y seis. Platicando, con sus lonches en bolsas de plástico. Desde entonces, algunos corredores conminaban: ¿Y si se separan?, así cubrirían más espacio; otros de plano no otorgaron a la causa la mínima gota de confianza. Quizá tenían razón. Ahora, con el nuevo ataque, en el que la chica fue a parar al hospital, la policía volvió al bosque. Una manta a la entrada previene a los usuarios que, si piensan alejarse a las zonas remotas, avisen a la policía. 

Caminamos este fin de semana, lejos. Ahí, un grupo de entre cinco o seis granaderos terminaban su almuerzo. Vimos claramente cómo uno de ellos aventaba el zepelín de refresco vacío al bosque. Se les conminó a recogerlo. No lo hicieron. En aras de ser justa, se llevaron el resto de su basura con ellos. Pero la verdad, dio coraje. 

También, en aras de ser justa, los granaderos son uno de los gremios peor pagados. Se enfrentan a las agresiones constantes de manifestantes: escupitajos, mentadas de madre. Supongo que ser asignados a pasear por el bosque es un respiro bienvenido. Pero es indignante que este espacio, único en la ciudad, sea agredido por quienes se supone deben proteger. 

GLOSARIO DE SUPERVIVENCIA Granadero: Embrutecido por el más bruto de los empleos.

 

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