Los desafíos mundiales

OPINIÓN 26/09/2013 05:00 Actualizada 05:00

CRECIMIENTO SOSTENIBLE. Como lo ha venido haciendo durante más de tres décadas, el Foro Económico Mundial (WEF, por sus siglas en inglés) presentó su reporte de competitividad global 2014. Este informe es un referente en la implementación de políticas y estrategias en dicha materia, ya que ayuda a explicar los elementos que utilizaron algunos países para detonar su crecimiento económico. Este año el reporte se enfocó en dos importantes pilares: el crecimiento sostenible y la construcción de soluciones bajo situaciones críticas, ya que diferentes países como Grecia, Portugal y Argentina, por mencionar algunos, vivieron una crisis económica y muchos otros cayeron en recesión.

Frente al panorama que “sacudió” el orden económico, el WEF plantea soluciones a los retos que viven economías denominadas avanzadas y emergentes. Para ello, utiliza un Índice de Competitividad Global (ICG) como herramienta en la medición de un conjunto de instituciones, políticas y factores que determinan el nivel de productividad de un país, entendida ésta como el nivel de prosperidad que puede ser alcanzado por una economía. Es decir, si un país aumenta la competitividad detonará la productividad y a su vez incrementará el desarrollo económico. El WEF toma 12 pilares para definir la competitividad de un país: instituciones, infraestructura, ambiente macroeconómico, salud y educación primaria, educación superior y formación, eficiencia del mercado, eficiencia del mercado laboral, desarrollo del mercado financiero, preparación tecnológica, tamaña del mercado, sofisticación de los negocios e innovación. Estos pilares afectarán y medirán, de manera distinta, la competitividad.

RESULTADOS. Como en años pasados, los países que ocuparon los primeros lugares en el ICG fueron Suiza, Finlandia, Alemania, Suecia, Holanda y el Reino Unido. Singapur, Hong Kong y Japón sobresalen al colocarse en el segundo, séptimo y noveno, respectivamente, como los países más competitivos a nivel mundial. ¿Por qué Suiza y Singapur sobresalen? El WEF afirma que Suiza destaca por su impulso a la innovación, estimulando la matrícula universitaria; la estructura gubernamental es altamente descentralizada bajo un liderazgo unido e incluyente que permite implementar medidas a largo plazo; su excelente infraestructura; el alto desarrollo de los mercados y su estabilidad macroeconómica. Singapur porque mantiene una estabilidad en el mercado de bienes; por su fortaleza en sus instituciones; su moderna infraestructura y la estabilidad macroeconómica. Pero ha sido el fortalecimiento en el sistema educativo para asegurar el capital humano y apoyar a la actividad empresarial lo que destaca en la lista de los países más competitivos.

¿En dónde se encuentra México? De 148 países estudiados, México se colocó este año en la posición 55 en el ICG por la estabilidad macroeconómica que vivimos, sistema bancario sólido, un importante mercado interno, infraestructura aceptable y una consolidación en los negocios. ¿En qué fallamos? En tener un sistema educativo de baja calidad —en este renglón nos encontramos en el lugar 119—, las barreras de mercado, el funcionamiento de nuestras instituciones —principalmente la corrupción e inseguridad—, su escasa innovación y penetración de las tecnologías de información. Es importante destacar que en dicho documento se hace mención del Pacto por México como un mecanismo que está modificando el status quo de los pilares mencionados y así detonar la competitividad.

EL FUTURO QUE NECESITAMOS. La sociedad nos ha exigido una transformación en el status quo en todos los sectores. Y sólo será posible a través de la reunión de voluntades y los recursos económicos indispensables. El país necesita acciones contundentes basadas en acuerdos, por lo que todos, sin importar seamos de izquierda o de derecha, azules o rojos, gobierno u organización civil, necesitamos comprometernos para revertir la carencia social, de seguridad pública de cada mexicano. Como sociedad somos más exigentes con nuestros gobernantes. Pero seamos también exigentes con nosotros mismos y démosle la oportunidad a las futuras generaciones para que estén preparadas ante los desafíos mundiales.

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