Binoculares

OPINIÓN 26/06/2013 05:00 Actualizada 05:00

LOS MALOS Y LOS PEORES La pasarela de delegados por la Asamblea Legislativa del Distrito Federal continuó ayer con la visita de Mauricio Toledo, de Coyoacán. Al perredista lo tundieron duro y los diputados de su partido tuvieron que protegerlo, ante los reclamos de otros asambleístas en el sentido de que, gracias a su influencia, su hermano trabaja en el Instituto Electoral del Distrito Federal; además de que su mamá, Clementina Rosas, tiene una chamba en la Asamblea Legislativa y cobre más de 60 mil pesos al mes; vamos, reclamaron que la familia sea mantenida con los impuestos de los capitalinos. Pese a la vapuleada que le metieron, Toledo salió por donde entró y no le pasó como al delegado de Iztapalpa, Jesús Valencia, quien el pasado lunes tuvo que salir por la puerta de atrás para sortear las protestas y reclamos que, dicen, llevaron simpatizantes del diputado por Iztapalpa, Arturo Santana, para incomodar su visita al recinto.

SHAINEADAS MILAGROSAS El agua y el jabón, así como la pinturita que gastan para “rescatar espacios públicos”, pareciera ser una aspirina contra el cáncer que aqueja a la colonia Morelos y el Barrio de Tepito. Las imágenes muestran a funcionarios agarrando escobas y tallando las banquetas, pero Tepito necesita más que eso. Ni siquiera con las expropiaciones y el reordenamiento del comercio —que duró muy poco— se pudo aniquilar a las mafias que se sirven del barrio. Por eso, más que maquillar las calles, se deben llevar verdaderos operativos y proyectos que le regresen la tranquilidad a los habitantes. No agua y jabón, que mañana se acabarán y la mugre volverá a verse en el paisaje.

AL AVENTÓN Donde se vive un gran riesgo es en dos de las principales vías rápidas de la ciudad en las que personal supervisado por la Secretaría de Obras, se avientan como El Borras para realizar trabajos de los que nadie ha informado. Resulta que algunas de las labores se efectúan en el túnel que pasa por debajo de la Fuente de Petróleos, donde ni siquiera hay señalización y los automovilistas pasan a centímetros de la maquinaria pesada. Valdría la pena que la dependencia que encabeza Luis Alberto Rábago tome más precauciones.

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