Hoy se reúne el Consejo de Administración de Pemex para conocer y en su caso aprobar, la reducción de 100 mil millones de pesos de su gasto anunciada el miércoles de la semana pasada por la Secretaría de Hacienda.

Muy probablemente, hoy se informe a la opinión pública el detalle de esta reducción que responde a la disminución de los ingresos petroleros del país (por la caída de precio y producción).

Lo que puede adelantarse es que la hoy empresa productiva del Estado venderá parte de sus activos a la inversión privada para recaudar dinero y sobrevivir a su actual situación.

Los mecanismos para hacerlo son muy complejos para un lego en la materia como quien esto escribe, pero que sí tiene el sentido común necesario para entender de que Pemex está a la venta. Y lo está porque lo permite la reforma energética, aunque tanto se nos haya dicho que no se privatizaba.

Quizás de la reunión de hoy no salga la información así de clara, pero si nos atenemos a la nota publicada por Ben Bain y Adam Williams, de Bloomberg, los primeros anuncios oficiales de esta venta de activos se harán antes de que concluya el primer semestre de este año.
Los especialistas en estos temas no utilizan la políticamente incorrecta palabra vender, sino que se refieren a monetizar activos, es decir, traer dinero fresco, garantizándolo con la propiedad de una parte de determinado activo.

Bloomberg señala que Pemex considera vender (monetizar) participaciones en oleoductos y terminales petroleras a través de la Fibra E. Y usted se preguntará ¿qué es eso? Pues se trata, según se pudo indagar de un mecanismo muy sofisticado de coinversión mediante el que se diversifica la propiedad de determinadas empresas, algo parecido a una sociedad de inversión de capital, pero con el agregado de las muy atractivas exenciones de impuestos.

Bain y Williams atribuyen al tesorero de la petrolera, Rodolfo Campos, el señalamiento de que Pemex analiza "tornillo por tornillo" los activos que podría monetizar mediante la Fibra E, entre los que se incluye infraestructura marítima y terrestre, así como terminales y ductos.

De manera que siempre sí habrá venta y será tornillo por tornillo.

Instantáneas. 1. FRACKING. La Comisión Nacional de Hidrocarburos autorizó a Pemex a hacer las primeras perforaciones de pozos en tierra mediante fracking o fracturación hidráulica en Tamaulipas y Veracruz, para extraer aceites ligeros y gas.

Este método consiste en inyectar agua y arena a presión para perforar el pozo, procedimiento altamente contaminante pero muy redituable en cuanto a producción. 
Pero la Agencia de Seguridad Industrial y Protección al Medio Ambiente garantizó que no afectará ningún acuífero y que los comisionados afirmaron que los pozos son seguros y no existe riesgo de contaminación.

2. ¿RECULÓ? El líder del PRI, Manlio Fabio Beltrones, declaró primero, que el gobernador de Veracruz, Javier Duarte de Ochoa, debe rendir cuentas claras a sus gobernados ante las reiteradas acusaciones de corrupción y desvío de fondos. Después, sin embargo, señaló que el tricolor respalda a Duarte quien ya dijo que no pedirá licencia.

Parece que en el análisis pudo más que el desprestigio del gobernador, el control electoral que, aseguran, mantiene en el estado. Perder Veracruz sería para el PRI una catástrofe de cara a la presidenciales de 2018. De todos modos, como aquí le comenté, Duarte fue llamado el martes pasado a Gobernación. No creo que haya sido para felicitarlo. ¿Usted sí?

3. OAXACA. Ocurrió lo que tenía que ocurrir: la fractura del PRD en la designación de quien será su candidato a gobernador. El Consejo estatal fue dominado por el gobernador Gabino Cué y el abanderado resultó su delfín José Estefan Garfias, quien irán en alianza con el PAN. No le gustó nadita al senador Benjamín Robles, quien ya amagó aceptar la candidatura de otro partido. El principal beneficiario será el candidato del PRI, Alejandro Murat.