Amigazos y amigazas estas noticias son las que me alegran, porque no dejo de sorprenderme de la magia de la vida, independientemente si se es famoso o no. La penúltima y nos vamos para terminar el año. Abrazos fuertes a todos y todas, gracias por estar este 2013 al pendiente de lo que aquí escribimos. Muchos nos leerán hoy, quienes no pudieron, no sean gachos, avísenles que les mando unos abrazos bien fuertes. Y bueno, vamos a darle que esto urge. Como les decía, hay quienes ahora tienen la sonrisa en el rostro, como el compa Larry Hernández quien se estrenó como papá de una hermosa nenita a quien llamó Dalary. La bodoque nació cerca de las cuatro de la madrugada y como el acontecimiento no podía pasar desapercibido, pues compas como Tito El Bambino y El Dasa le hicieron llegar sus más sinceras felicitaciones a través de mensajes vía Twitter. La contraparte de la felicidad es la que pasan varios grupos ya sea de banda, norteños y tropicales. Si bien es cierto que los llamados “grandes” casi no sufren por llenar una tocada, los que todavía no están en las grandes ligas sí que se las ven negras para ganarse sus pesos ya que la expresión es la misma: “Casi no hay eventos y tenemos que conformarnos con los pocos que aparecen”. Recuerdo que antes, en las fechas decembrinas las llamadas mayordomías se esmeraban en llevar a exponentes de calidad a sus días de fiesta. Hoy, la situación por la que atravesamos, donde la economía apenas da para sobrevivir, el espectáculo ya se deja para lo último y el hombre, por naturaleza debe tener su momento de esparcimiento. Recuerden, todo afecta y ahora los bailes también se ven obligados a reducirse en fechas. Qué les digo, el Rey del acordeón don Ramón Ayala está cumpliendo 50 años de carrera artística y quiere celebrarlo en grande, por ello tiene previsto para 2014 hacer una presentación gratuita nada más y nada menos que en el Zócalo de la ciudad de México. Pues ojalá le den el visto bueno, porque es toda una institución viviente de la música norteña. Nos vemos, es todo, felices fiestas y ¡que hable la música!