Monreal, candidato en código rojo

LEO AGUSTO

OPINIÓN 25/10/2017 16:45 LEO AGUSTO Actualizada 16:45

A pesar de las fallas, más allá del margen de error en los estudios de opinión aplicados en los procesos electorales recientes a nivel mundial, las encuestas siguen jugando su papel del bel canto que domina las pasiones de quienes buscan un nuevo ‘hueso’ por la vía del voto. 

Circula en bandejas de correo electrónico una encuesta para jefe de gobierno realizada a un mes del sismo en la Ciudad de México. El estudio fue supuestamente elaborado por el Cisen (o al “Zizen” ya no se sabe en estos tiempos de Fake News), y en todos los careos entre Ricardo Monreal y Claudia Sheinbaum hay un empate técnico. El delegado en Cuauhtémoc compitiendo contra Morena, así sea por la alianza PAN, PRD, MC o por el PRI. 

El guiño del PRI al zacatecano es tentador para su obsesión por convertirse en el próximo jefe de gobierno de una ciudad que no conoce. Ese desconocimiento de la ciudad y su enorme zona metropolitana pone en riesgo a la población, como lo hizo ya como jefe delegacional en Cuauhtémoc al permitir la construcción de un helipuerto en la colonia Hipódromo Condesa y que, luego del sismo, afectó construcciones aledañas, por ejemplo.

Tampoco hay manera de que prospere en la realidad una alianza electoral entre Ricardo Monreal y el PRI-DF encabezado por Eruviel Ávila y aceitado en su estructura clientelar por Cuauhtémoc Gutiérrez de la Torre y su amigo Héctor Serrano. Difícilmente, las aspiraciones de Monreal aguantarán el señalamiento de traición por parte de López Obrador, ante un Zócalo lleno de simpatizantes del “cambio verdadero”. Simplemente no hay manera; el miedo al ‘dedo legítimo’ del líder inmaculado en la plaza pública fue lo que frenó un rompimiento frontal por parte de Marcelo Ebrard.

Y hablando de Ebrard, hay un punto legal que no están contemplando tanto Monreal, como sus potenciales aliados en todos los demás partidos políticos que no son Morena. Usted recordará que en 2015 Marcelo Ebrard buscó, sin éxito, una candidatura a una diputación federal que le diera fuero ante el inminente avance de las investigaciones en los contratos y licitaciones de la Línea 12 del Metro. En dichas elecciones intermedias, los ‘Chuchos’ se ‘comieron’ las vivas aspiraciones de Marcelo y lo dejaron fuera de las listas de candidatos a diputados del PRD. Luego Ebrard, igualito que Monreal ahora, buscó otro partido político (MC) que pusiera su nombre en la boleta. 

El hecho de contender dos veces en distintos partidos políticos durante un mismo proceso electoral hizo que el TEPFJ anulara la candidatura de Marcelo por violentar el artículo 227, numeral 5 de la Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales. Que dice: “Ningún ciudadano podrá participar simultáneamente en procesos de selección interna de candidatos a cargos de elección popular por diferentes partidos políticos, salvo que entre ellos medie convenio para participar en coalición...

Con el cinismo que le caracteriza, Ebrard alegó en 2015 que no había participado en procesos simultáneos porque antes de aceptar la candidatura del MC renunció al PRD. La interpretación del Tribunal Electoral de “simultáneo” se refería evidentemente al mismo proceso electoral. Y en ese supuesto, podría caer el zacatecano a quien, después del temblor, sólo le dieron una resanada a las grietas en su estructura política y partidos sin cuadros le ven talla de elegible. 

Bitácora de lo absurdo. ¿Y mis cincuenta y siete mil votos? Pareciera que el espíritu de ‘El Canaca’ se manifestaba ayer en el pleno del Congreso de Jalisco como una visita adelantada del Día de Muertos. Pero no, fue el diputado local independiente Pablo Torres, suplente de Kumamoto, quien puso el tuit en el cielo. Y es que, en franco mayoriteo, el PRI votó en alianza con la bancada de Movimiento Ciudadano para quitarle la presidencia de la Comisión de Participación Ciudadana y Transparencia. No se puede proclamar independencia de los partidos políticos y hacerle al ‘chapulín’ entre curules y escaños. 

t@LeoAgusto

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