Total… que nos espíen

OPINIÓN 25/10/2013 05:00 Actualizada 05:00

Las ocurrencias de Vicente Fox parecen no tener límite y retratan, inmisericordes, el tamaño de su estulticia: ya sabía que lo espiaban pero nunca le importó porque el que nada debe nada teme, dijo hace unos días a propósito de las filtraciones de que la Agencia Nacional de Seguridad de Estados Unidos intervino comunicaciones privadas de Enrique Peña Nieto y Felipe Calderón.

Nadie que se asuma como hombre de Estado podría hacer razonamientos tan simples y limitados sin caer de inmediato en el desprestigio. Fox, por supuesto, no es y nunca ha sido un estadista, así se asuma —según sus propios dichos— como el mejor Presidente que jamás haya tenido México.

Pero aprovechemos su exabrupto para poner en perspectiva el escándalo del denunciado espionaje de Washington a Peña, a Calderón y a otros 35 jefes de Estado y de gobierno, según la más reciente revelación del periódico británico The Guardian, sustentada en información del ex agente de la NSA Edward Snowden.

Que siempre ha habido espionaje, sí. Que los gringos siempre nos han espiado, también. Que no cesará esa práctica, es cierto. Pero el asunto —referíamos aquí en la anterior entrega— no se puede ni se debe aceptar así con el conformismo expresado por Fox, por el diputado del PRD, Silvano Aureoles o hasta por Cuauhtémoc Cárdenas.

Y no se trata de declararle la guerra a Estados Unidos, de rasgarse las vestiduras, de asumir posiciones patrioteras de confrontación con nuestros vecinos, que siempre han sido muy buenas como distractores de temas delicados como el de la reforma energética que se avecina.

Se trata de hacer valer el derecho internacional que salvaguarda la soberanía de las naciones, porque hasta el espionaje (que siempre ha existido y existirá, que forma parte de los mecanismos de salvaguarda del Estado y es herramienta principalísima de la diplomacia y la guerra) está sujeto a leyes y tratados internacionales que tienen de fondo el respeto al derecho ajeno, apotegma de Juárez que fue la idea central del discurso en que, con respetuosa claridad y admirable oratoria, el panista Ricardo Anaya, presidente de la Cámara de Diputados, exigió respeto y una investigación con consecuencias al embajador de Estados Unidos, Anthony Wayne.

Nada que ver Anaya con la generalidad de nuestros políticos ramplones y corruptos, nada que ver con sus correligionarios Fox y Calderón. El primero (que dijo que no hay que hacer tanto escándalo por el asunto) fue exhibido como un tonto y mentiroso por el espionaje cubano. El segundo (que reaccionó airado, no por él, sino por el pueblo de México) fue el Presidente más permisivo en la historia reciente del país de las operaciones en nuestro territorio de las diversas agencias de espionaje de Estados Unidos.

Pero cómo pedirle a Fox que lo entienda si se ocupó de pasarse por el arco del triunfo los respetados principios de nuestra política exterior. Cómo pedirle a Calderón defender la no intervención, la autodeterminación de los pueblos o la solución pacífica de las controversias internacionales, cuando no le importó violar la soberanía con la Iniciativa Mérida como punta de lanza de su inútil guerra contra el narcotráfico.

El problema ahora es que recuperar y esgrimir esos principios iría en contra del sentido entreguista de la reforma energética.

Instantáneas

1. REUBICACIÓN. El gobierno del Distrito Federal ya opera para lograr la reubicación del campamento de los maestros de la CNTE. Hay un grave daño y desesperación en los comercios de la zona. Sus ventas se han derrumbado. La decisión de Miguel Ángel Mancera incluiría algún tipo de apoyo económico para remontar ese bache.

2. MAL VISTOS. Nada contento tienen al presidente Peña Nieto los gobernadores de Oaxaca, Chiapas y Quintana Roo. En Los Pinos están seguros de que son los principales instigadores del conflicto magisterial.

3. INTERLOCUCIÓN. El secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, y el gobernador del estado de México, Eruviel Ávila, hicieron un reconocimiento al líder del SNTE, Juan Díaz de la Torre. Le agradecieron su compromiso de consolidar la reforma educativa con pleno respeto a los derechos del magisterio y en beneficio de los niños y los jóvenes del país.

Comentarios