A la Reforma Energética le sale pus

OPINIÓN 25/07/2014 05:00 Actualizada 05:00

Las leyes reglamentarias en materia energética, aprobadas en estos días en el Senado de la República, constituyen un acto reprobable en su fondo y en su forma. Con ellas se concreta una contrarrevolución mediante la cual Enrique Peña Nieto y los legisladores traicionan al proyecto de país surgido del movimiento armado que se cristalizó en la Constitución de 1917.

En unos meses, los legisladores y el gobierno federal se han dado a la tarea de desmantelar uno de los principales logros de la Revolución Mexicana, ya que el control de la nación sobre los recursos energéticos no hubiera sido posible sin un gobierno como el del general Lázaro Cárdenas.

Más aún, las leyes energéticas avaladas por los senadores afectan otro logro de la Revolución que es el de la tenencia de la tierra por parte de las comunidades agrarias y de los campesinos al autorizar el despojo de tierras a favor de las transnacionales encargadas de la explotación de los hidrocarburos y de la generación eléctrica, lo que es un robo en despoblado.

Todas las reformas estructurales aprobadas por esta legislatura atacan el legado de los revolucionarios de 1910. Hemos visto cómo enterraron los derechos laborales, cómo lesionaron la gratuidad de la educación al legalizar las cuotas a los padres de familia, también autorizaron la venta de playas y territorios fronterizos a extranjeros y, por si fuera poco, ahora trastocan la propiedad de la tierra en el campo y en las ciudades, en favor de las transnacionales, a las que también se les pretende entregar el petróleo y la generación de energía eléctrica.

Si los conservadores de la época de la Reforma pensaron que trayendo a un emperador extranjero se solucionarían los problemas nacionales, hoy Peña Nieto y los senadores sostienen que la recuperación económica de México se dará entregando nuestra riqueza al capital extranjero. Idea que no sólo es absurda sino que la historia nacional y mundial nos han enseñado que las colonias nunca alcanzan el nivel de desarrollo de las metrópolis. Los revolucionarios de 1910 lo sabían, por eso planearon una Constitución que nos asegurara la soberanía.

En contraparte, la resistencia a esta pretensión extranjerizante crece. Barrio por barrio, pueblo por pueblo, calle por calle, miles de activistas recaban firmas a favor de que se realice la consulta que impulsan López Obrador y un grupo de ciudadanos notables sobre la contrarreforma energética y ya ha firmado más de un millón de mexicanos

Las reformas de Peña Nieto son como un cáncer, representan un grado máximo de descomposición. Por donde uno las vea son una herida que desborda pus. La gente lo sabe, por eso firma y la consulta es ya un clamor popular.

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