Por la paz, alto a la “reforma educativa”

Martí Batres

OPINIÓN 24/06/2016 14:53 Martí Batres Actualizada 14:53

El domingo 19 de junio la paz social fue rota por el gobierno federal. Con un despliegue policiaco jamás usado contra la delincuencia, el gobierno intentó ocupar por la fuerza distintas comunidades del estado de Oaxaca, particularmente el municipio de Nochixtlán. El saldo de la incursión federal fue de ocho muertos.

No se trató de un acto común de represión, fue una acción de guerra por parte de las fuerzas federales contra los profesores y la población civil en general. Aunque las autoridades intentaron negarlo, las imágenes reportadas por los medios de comunicación y las redes sociales dejan claro que los civiles recibieron una agresión con armas de alto calibre por parte de las fuerzas federales.

Las fotografías y videos sobre Nochixtlán nos evocan hechos ocurridos en países lejanos. Son hechos que nunca imaginamos ver en nuestro país y que apuntan a una profunda crisis de las instituciones provocada por la aplicación autoritaria de las llamadas “reformas estructurales”.

Sin duda, el responsable principal de la violencia es Enrique Peña Nieto que en su afán por imponer su llamada “reforma educativa” ha desplegado una brutal estrategia de represión y violencia, encarcelando maestros y, ahora, agrediendo comunidades y violentando la paz social.

No obstante, también son responsables las dirigencias de PRI, PAN y PRD que, sin el menor decoro aprobaron una “reforma” que lesiona los derechos de los trabajadores de la educación, sin tomarlos en cuenta, siguiendo a rajatabla el guión que les enviaron de Los Pinos, sin permitir ni un cuestionamiento.

La “Reforma Educativa” es un gran atraco a los maestros. Se busca destruir su empleo, su antigüedad, sus derechos laborales y desmantelar también la educación pública.

Para salir de esta crisis es necesario que el gobierno federal haga una profunda autocrítica y dé marcha atrás en su intento por imponer esta reforma que, como en distintas ocasiones lo hemos señalado en estas páginas, no tiene nada que ver con mejorar los niveles de enseñanza de los mexicanos, sino que persigue perjudicar a los profesores despojándolos de sus derechos laborales.

También, para superar esta situación, es imprescindible liberar a los maestros encarcelados, indemnizar a las víctimas de la violencia, así como deslindar responsabilidades y castigar a los funcionarios responsables de la represión en Oaxaca, pues la impunidad será un obstáculo para la concordia.

Asimismo, es necesario que los hechos de Nochixtlán no se repliquen en otras partes del país, que el autoritarismo no se extienda, que los gobiernos de las entidades actúen con mucha responsabilidad y que garanticen el ejercicio de libertades por parte de la sociedad.

En este sentido, el gobierno de la Ciudad de México tiene un desafío importante. En la actual coyuntura, debe ponerse por encima del conflicto y asegurar el respeto a las libertades de expresión y manifestación por parte de la ciudadanía. Luego de la violencia en Oaxaca, se ha despertado una importante oleada de solidaridad con los maestros.

La capital de la República, como epicentro político del país, será un importante escenario de este lapso histórico.

La Ciudad de México se ha caracterizado por ser un espacio de paz y libertad.

Por lo pronto, el próximo domingo 26 de junio se llevará a cabo la marcha en apoyo a los maestros a la que convocó Andrés Manuel López Obrador, presidente del CEN de Morena. La manifestación iniciará a las 11:00 horas y partirá del Ángel de la Independencia. Ahí nos vemos.

 

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