Qué es y cómo reconocer un infarto

OPINIÓN 24/06/2014 05:00 Actualizada 05:00

Imagina un corazón, más o menos del tamaño de un puño, un músculo fuerte y alegre que para latir sin descansar necesita de oxígeno y nutrientes que le llegan a través de las arterias coronarias. Ahora imagina a las arterias coronarias como unas mangueras de buen calibre, limpias y elásticas que con el paso del tiempo se van poniendo rígidas y obstruyendo con una capa de grasa, todo sin dar síntomas hasta que un mal día se tapan por completo o se rompen y forman un coágulo que bloquea el paso de la sangre, entonces la zona del corazón que alimentaba la arteria se queda sin oxígeno, muere y se daña, la persona ha sufrido un infarto.

La capa de grasa y la rigidez que afectan las arterias se llama ateroesclerosis y es la causa más importante de infarto al miocardio también conocido como ataque cardíaco. En México, 195 personas mueren al día por un ataque al corazón. No todos los infartos son por ateroesclerosis, pero sí la mayoría y eso significa que un gran número se puede prevenir con hábitos de vida saludable que incluyen no fumar, no beber alcohol en exceso, hacer ejercicio, tener una alimentación sana con frutas y verduras, bajar el consumo de sal y azúcar y evitar la manteca vegetal. Gran parte del daño que se produce por ateroesclerosis comienza a edades tempranas, de ahí la importancia de cuidar la salud desde la niñez y la adolescencia.

Los infartos del corazón pueden ser desencadenados por climas extremos, o después de un estrés emocional o físico intensos, sin embargo no hay manera de predecirlos y pueden ocurrir mientras se descansa o se duerme.

Síntomas de un infarto

La mayoría de las ocasiones no se presentan todos los síntomas, sino una combinación de ellos que pueden duran alrededor de 20 minutos o que tienden a repetirse.

El síntoma más característico es un dolor, generalmente intenso, que puede sentirse como una presión que aplasta o aprieta como una banda alrededor del pecho y que se puede correr al brazo izquierdo, hombro, cuello, estómago o espalda.

Otros síntomas que pueden acompañar a un ataque cardíaco son: ansiedad, tos, mareo, desmayos, palpitaciones, dificultad para respirar, sudoración, náuseas o vómitos. Las personas con diabetes, los adultos mayores y las mujeres pueden tener síntomas menos claros como dolor de baja intensidad, fatiga o debilidad.

Un infarto es una urgencia médica y la sobrevivencia y la salud futura dependen de que se trate en las primeras dos horas por lo que debe acudirse de inmediato al servicio de urgencias.

La atención que se recibe, depende de la gravedad del infarto; para el diagnóstico le harán un electrocardiograma, análisis de sangre y posiblemente una arteriografía coronaria. El tratamiento médico debe ser inmediato para deshacer los coágulos y apoyar la función del corazón. Existen procedimientos especializados para aumentar el riego sanguíneo, como la angioplastia coronaria, los stents o el bypass coronario. La aplicación de estos procedimientos dependen de su disponibilidad y del estado en el que se encuentre el paciente.

Las personas que sobreviven a un ataque cardíaco tienen probabilidades más altas de sufrir otro ataque y el pronóstico va a depender de varios factores como la extensión del daño al corazón, dónde se localiza ese daño y los cuidados médicos después del infarto.

Recuerda que es mejor la prevención. Cuida tu salud.

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