Contra la crisis, cambio de rumbo

OPINIÓN 24/05/2013 01:00 Actualizada 01:00

La economía nacional está entrando a un nuevo periodo recesivo provocado por la aplicación de reformas estructurales y por la política económica. Contrario a lo que pregonan los voceros del régimen, las reformas estructurales y la política económica lejos de fortalecer la economía han destruido la inversión pública, han debilitado económicamente al Estado, han secado al mercado interno y han fortalecido la dependencia con los mercados norteamericanos.

Si en 30 años estas medidas no han creado el bienestar que prometen quienes las aplican, es ilógico pensar que la misma receta que ha fracasado una y otra vez, ahora sí, por fin resulte.

Al contrario, más de lo mismo sólo ahondaría los problemas económicos de las familias y pondría en jaque a los pequeños y medianos empresarios, que son el sector que genera más empleos efectivos en nuestro país.

Si se aprueban reformas como la fiscal, que consiste en elevar los impuestos a la población, especialmente el IVA, y la energética, que consiste en entregar la renta petrolera a las compañías extranjeras, las cosas serán mucho peores y vendrá una crisis de enormes consecuencias.

El Estado perderá la fuente principal de ingresos y el aumento de impuestos provocará más contracción del mercado interno, lo que significa más desempleo, inseguridad y violencia a todos los niveles.

La única posibilidad de eludir la crisis y sus consecuencias está en un cambio de rumbo, que es posible si quienes manejan la economía dejan a un lado dogmatismos y ponen por encima de todo el interés de la gente. Algunas propuestas para enfrentar la contingencia son las siguientes:

1. Desechar definitivamente los proyectos de incrementar el IVA y privatizar la renta petrolera.

2. Aumento salarial de emergencia para fortalecer el mercado interno.

3. Reorientar los excedentes petroleros a la construcción de refinerías y plantas petroquímicas de la nación para desatar una oleada de inversión pública y crecimiento.

4. Apoyo a industrias mexicanas que producen para el consumo nacional.

5. Aplicación de un plan de obra pública para construir infraestructura escolar, social, de transporte y otras, con el objetivo de generar empleo y detonar el consumo.

Una vez más los neoliberales colocan a México en el umbral de una crisis. Paradójicamente, todas las calamidades que —se dijo— caerían sobre el país si la izquierda llegaba al poder se están materializando con quienes en el discurso claman por un manejo económico responsable.

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