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OPINIÓN 24/05/2013 01:00 Actualizada 01:00

PROMESAS AL AIRE Quien anunció un ambicioso plan que no tiene nada de novedoso, fue el gobernador del estado de México, Eruviel Ávilia, que dio a conocer un programa que tiene como objetivo mejorar la calidad del aire. En el proyecto del mandatario destaca el cambio de nombre de la Comisión Ambiental Metropolitana, que es presidida por funcionarios de su gabinete y un intercambio con el gobierno del estado de California, para abatir los actos de corrupción que se registran en los centros de verificación vehicular de la entidad. Las medidas anunciadas por el gobernador también contemplan la instalación de sistemas de monitoreo en los centros de verificación, para que sus operaciones puedan ser revisadas; al final de cuentas, llama la atención que se planee mejorar las condiciones ambientales mediante el cambio de nombre de un organismo y con la implementación de medidas que ya se aplican en el Distrito Federal.

CAMBALACHE Otro funcionario que se encuentra profundamente interesado en lo que se hace en Estados Unidos, es el jefe delegacional de Iztapalapa, Jesús Valencia, que ayer fue acusado de otorgar un donativo de 60 mil dólares a Harvard. El delegado negó estos señalamientos y se dio a la tarea de aclarar que viajó a la famosa universidad norteamericana para intercambiar proyectos estudiantiles para mejorar las condiciones de la demarcación que gobierna. Ahora falta conocer qué proyecto llevó Valencia desde la delegación a la Universidad de Harvard, eso, en el caso de que el intercambio al que se refería haya existido.

DE BUENA FE Donde se nota que confían ciegamente en los funcionarios de la ciudad es en la Contraloría General que encabeza Hiram Almeida, que hará firmar a los servidores públicos una carta en la que se comprometen a desempeñar su cargo con honradez y sin aceptar sobornos entre otras cosas. No se puede negar que la carta tiene un buen propósito, pero resulta que el documento no tiene ninguna implicación legal. En estos casos vale la pena preguntarse si no sería mejor que la Contraloría sancione las irregularidades en vez de ponerse a pedir promesas.

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