Las decisiones correctas

OPINIÓN 24/02/2016 04:00 Actualizada 04:00

Iba de regreso a casa cuando vio en la entrada de un edificio de la colonia Del Valle a una pareja que, a lo lejos, parecía estar en un jugueteo amoroso. Pero de cerca, notó que la mujer no paraba de llorar y el hombre parecía golpearla.

Yoshi no supo si el hombre que estaba encima de ella la quería violar o se trataba de violencia en la pareja. Su primer impulso fue alejarse, pero al final decidió ofrecer ayuda a la mujer, a quien nunca vio el rostro.
Así que se acercó aún más y le preguntó:

-¿Todo bien?

La mujer no contestó. Pero el tipo le gritó: "¡Vete!". Yoshi volvió a preguntar a la mujer. Pero de nuevo fue el hombre quien respondió:

-¿Quieres pedos?

Y sin más aviso, el tipo -un hombre atlético, relativamente joven, clasemediero acomodado- se le fue a los golpes.

A Yoshi lo agarró desprevenido, lo tiró con facilidad y ya en el suelo lo pateó sin parar. Después de golpearlo hasta hartarse, el agresor regresó con la mujer y la arrastró al interior del edificio.

Pasaba la medianoche. No había nadie en la calle, excepto un taxista a pocos metros, que prefirió no ayudar al herido, y se limitó a señalarle un botón de pánico. Después de apretar el botón llegó la policía.

Los uniformados explicaron al herido que no podían hacer nada: el edificio era propiedad privada, Yoshi no conocía el nombre del agresor, así que no podían meterse a preguntar departamento por departamento. Le dijeron que podía poner una queja en la delegación, pero, agregaron, no tenía caso sin conocer el nombre del agresor.

Al final, los policías llamaron una ambulancia, ya que a Yoshi le dolía mucho un brazo. Los paramédicos lo revisaron someramente y aseguraron que sólo eran contusiones. Aunque todo el brazo se pondría violáceo pocas horas después.

Antes de irse, uno de los policías le dijo:
-Yo le aconsejo que si vuelve usted a ver algo así, no se meta.

Yoshi tuvo la convicción de que, si bien hubo torpeza y pudo haberlo hecho de mejor forma, en el fondo su decisión fue la correcta: tratar de ayudar. "Supe que intenté serle fiel a la mejor parte de mí mismo".

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