Embarazos espaciados, buena costumbre

OPINIÓN 23/08/2013 05:00 Actualizada 05:00

El número de hijos que una pareja decide tener es un asunto privado, pero la Organización Mundial de la Salud (OMS) advierte que la planificación familiar no sólo se refiere a la cantidad, sino el intervalo entre un embarazo y otro, objetivos que se pueden lograr con métodos anticonceptivos.

Una cigüeña organizada

En México, la Secretaría de Salud cuenta con opciones anticonceptivas temporales: métodos hormonales orales, hormonales inyectables, hormonales subdérmicos, dispositivos intrauterinos, condones masculinos y femeninos, métodos de barrera y espermicidas, así como métodos tradicionales, naturales o de abstinencia periódica.

Estos recursos se utilizan para evitar la gestación, pero ¿por qué es importante espaciar los embarazos?

Cuando una mujer decide el intervalo entre sus embarazos, existe una repercusión en su salud y bienestar, especialmente en aquellas jóvenes que tienen mayor riesgo de morir a causa de un embarazo prematuro.

Las necesidades de recurrir a un aborto peligroso, que representa 13% de la mortalidad materna mundial, según la OMS, disminuyen si la mujer opta por utilizar métodos que permitan la planificación familiar.

Entre otros beneficios se encuentra evitar tener embarazos muy cercanos entre sí y en un momento inoportuno, que contribuyen a causar algunas de las tasas de mortalidad de menores de un año más elevadas del mundo.

Mejor vida para todos

Las cosas buenas no son sólo para la mujer: sus hijos por nacer contarán con una mayor esperanza de vida y estado de salud.

Un estudio revisado por la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional indica que si las mujeres esperaran al menos dos años entre un parto y otro, disminuiría 13% el número de muertes en niños menores de cinco años. Si este intervalo fuera de tres años, la disminución llegaría a 25%.

Si una mujer decide espaciar sus embarazos por periodos prolongados, entre dos y tres años, puede optar por anticonceptivos de larga duración, como anticonceptivos orales de progestina sola, el implante subdérmico o el DIU, que además pueden ser utilizados seis semanas después del nacimiento del bebé y durante el periodo de lactancia sin que sus componentes afecten al pequeño.

En la elección está el detalle

La elección de un anticonceptivo puede depender en parte de su eficacia, así como de cuán correcta y consistentemente se use.

En este sentido, los métodos anticonceptivos de largo plazo, como es el caso del implante, cuyo uso no depende de la mujer, tiene un menor porcentaje de embarazos no planificados dentro del primer año de uso típico (cerca de 0.05%) en comparación con otros métodos de corto plazo en los que su uso requiere la intervención de la mujer.

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