Fallar en una tarea o plan produce desilusión, enojo, frustración, tristeza o arrepentimiento. Estos sentimientos no siempre resultan fácil de asimilar. De la actitud que tomes ante una caída, un error, una relación fallida o el rechazo dependerá que te levantes para volver a intentarlo o no. Con bastante frecuencia, la experiencia fallida, por ejemplo, no haber sido aceptado en la universidad, puede alterar tu apreciación de las cosas. ¿De qué forma? De acuerdo con el Dr. Guy Winch, autor de Primeros Auxilios Emocionales, de las siguientes maneras:

La experiencia fallida hace que las metas te parezcan más difíciles de alcanzar. Esto es sólo una ilusión provocada por la decepción y la pérdida temporal de la confianza. Es así que quien recientemente ha terminado una relación, encuentra lejana la posibilidad de formar una nueva pareja. Sin embargo, muchos vuelven a vivir en pareja una vez asimilada la separación y pérdida.

Fallar hace que creas que eres menos capaz. Nuevamente, esto es una distorsión de la realidad, por lo que no debes comprarte esta idea. Lo indicado es hacer a un lado la falla y elaborar una lista de capacidades y cualidades con que cuentas. Si te resulta difícil hacer la lista, puedes pedir a un amigo que te recuerde tus fortalezas.

Un fracaso hace que pierdas la motivación. En realidad no pierdes la motivación, es una ilusión. Simplemente la dejas de lado al enfocarte sólo en el fracaso. Dale un "empujoncito" a tu motivación recordando las razones que te llevaron a perseguir esa meta. Imagina cómo te sentirás una vez que hayas conseguido ese crédito o aprobado un examen.

Fracasar hace que evites los riesgos. Ante una experiencia negativa, surge la idea distorsionada de que las siguientes experiencias serán desagradables. Por eso evitas probar nuevas formas de hacer las cosas. Pero recuerda que "el que no arriesga, no gana" y que difícilmente tendrás dos vivencias idénticas. Así, no todas las personas son infieles, por lo que en una nueva relación no necesariamente te enfrentarás a la infidelidad ya vivida.

Un anhelo frustrado hace que te sientas inútil o impotente. Es una idea equivocada derivada de tu tendencia a recriminarte por no haber conseguido lo deseado, ya sea un nuevo puesto de trabajo o una beca. Usualmente, los factores que llevan al fracaso son: una planeación inadecuada, la mala preparación y el esfuerzo insuficiente. Es necesario que analices qué faltó en tu planeación, cómo puedes prepararte mejor y cuánto esfuerzo es necesario en futuras ocasiones.

Un objetivo malogrado hace que cometas el error de generalizar. Es posible que saques conclusiones sin fundamento acerca de tu inteligencia, aptitud, habilidad o suerte en la vida: "Son un tonto y un bueno para nada", "Yo no nací para amar" o "Jamás aprenderé a manejar". Lo único cierto es que no tuviste éxito en un propósito particular, en un momento particular, bajo ciertas circunstancias. Piensa en qué factores podrían ser diferentes cuando vuelvas a intentarlo: circunstancias, gente involucrada, estado de ánimo.

Evita que estas ideas distorsionadas te impidan seguir intentando una y otra vez, hasta conseguir tus propósitos. Sigue las sugerencias y toma cada fracaso como un paso que te acerca a tu meta.

CITA:
"No he fracasado. He descubierto mil formas diferentes de no hacer una bombilla" THOMAS ALVA EDISON, INVENTOR

DATO INTERESANTE:
Walt Disney fue despedido de su puesto como editor de un periódico porque "le faltaba imaginación y creatividad". Luego comenzó varios negocios que no funcionaron y lo llevaron a la bancarrota. Siguió adelante hasta que encontró la receta del éxito. (ediciongeek.com)

RECOMENDACIONES:
http://www.resiliencia.org
Sitio web especializado en el desarrollo de la resiliencia, la capacidad del ser humano para hacer frente a las adversidades de la vida, superarlas y salir fortalecido.