Un momento muy delicado

OPINIÓN 22/05/2013 02:00 Actualizada 02:00

La confrontación interna del PAN, que ya produjo el cese de Ernesto Cordero como coordinador de los senadores de ese partido, apuntala ahora a este incondicional de Felipe Calderón como el aspirante natural del blanquiazul para disputar la presidencia del partido a Gustavo Madero, quien con su respaldo al Pacto por México y el consecuente apoyo de Enrique Peña Nieto, buscará reelegirse al frente de Acción Nacional.

Y así, la nueva derrota del ex secretario de Hacienda y ex precandidato presidencial le da al calderonismo una oportunidad más de arrebatarle a Madero y a su grupo el control del partido (lo que no han conseguido después de varios intentos posteriores a la derrota electoral del año pasado); y a Cordero la de quitarse la camisa de fuerza que para él era el apoyo al Pacto por México del actual presidente del panismo, y retomar, desde ya, un discurso severamente crítico del PRI y el gobierno de Peña.

Lo dicho y por decir en ese discurso es, aunque parte de su sobreactuada representación de mártir de la democracia, una descripción de la realidad que vive el país y que la clase política en el poder no ve, o más bien, no quiere que se vea.

Recuperemos algunos de los señalamientos que el todavía presidente de la Mesa Directiva del Senado hizo el lunes pasado después de considerar a Madero —quien lo acababa de cesar como coordinador de los senadores del blanquiazul— un autoritario e intolerante y de atribuirle la responsabilidad de conducir al PAN a convertirse en un satélite del PRI por su apoyo incondicional al Pacto por México.

Se trata de un diagnóstico en algunos párrafos que no le deja hueso sano al gobierno de Peña Nieto:

“El momento que vive el país es muy delicado. La economía, que el PAN entregó en crecimiento y con solidez financiera (aunque no dijo que ellos la recibieron de Ernesto Zedillo en condiciones similares), está desacelerándose; la gente no consigue trabajo”.

(A nadie le resultará extraña la historia propia o de un familiar que lleva meses, si no es que años, sin conseguir un empleo; ni inverosímiles tres datos contundentes: la economía sólo creció 0.8% en el primer trimestre, bajó el pronóstico de crecimiento anual de 3.5 a 3.1% y se anunció un inminente recorte del gasto público).

“No basta con decir —agregó ese Cordero que alguna vez dijo que con 6 mil pesos le alcanzaba a una familia para vivir y hasta para pagar la colegiatura— que eso no satisface al gobierno (en franca referencia a un señalamiento hecho por Peña Nieto); hay que hacer algo —dijo— para que la impericia del gobierno no arruine años de estabilidad económica”.

(Ahora resulta que los tan criticados panistas precisamente por su impericia en el gobierno, le recetan el mismo calificativo al grupo del PRI que regresó a Los Pinos).

“Mientras que el gobierno busca minimizar o negar el problema —continuó Cordero—, la violencia se ha recrudecido sin que haya hasta ahora una estrategia clara ni un compromiso creíble de parte del Ejecutivo para hacerle frente. La ingobernabilidad se ha apoderado de varias entidades del país. En Michoacán, Guerrero y otros puntos se vive bajo la ley del machete y del bloqueo carretero sin que haya autoridad que les haga frente”.

(En términos estrictos hay gente levantada en armas en diversas regiones del país: las llamadas defensas civiles o autodefensas que no sólo han retenido a delincuentes y autoridades, sino que ya en ocasiones han plantado cara al Ejército con el riesgo que eso conlleva).

“Ahí está el ejemplo del domingo pasado en Buenavista Tomatlán, Michoacán —donde, coincidentemente, el gobierno anterior y el actual pusieron en marcha sus respectivas estrategias coordinadas antidelincuencia— cuando decenas de pobladores impidieron físicamente la entrada al pueblo de vehículos de las fuerzas armadas; o cuando en la carretera Chilapa-Chilpancingo autodefensas locales se opusieron a ser desarmados por los soldados.

“La impunidad y la soberbia —concluyó el ahora ex coordinador de los senadores del PAN— campean en muchas oficinas gubernamentales en las que se quiere regresar a la política social a los años de la compra abierta y cínica del voto”.

(Y ahí están las denuncias presentadas y bien documentadas por el propio blanquiazul del uso de recursos de programas sociales en apoyo de candidatos del PRI en Veracruz, por sólo citar uno de los 14 estados en los que habrá elecciones en julio próximo).

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