Una casa más al tigre

OPINIÓN 22/01/2015 05:00 Actualizada 05:00

El dato fue dado a conocer por el periódico ‘The Wall Street Journal', el presidente Enrique Peña Nieto compró una casa en Ixtapan de la Sal, Estado de México, a finales de 2005 a Roberto San Román, compadre del presidente Peña, quien recibió más de 100 millones de dólares en contratos de obras públicas durante la administración de Peña como gobernador. Y en la actual administración federal ha recibido al menos 11 contratos estimados en 40 millones de dólares, sin que previamente la empresa Constructora Urbanizadora Ixtapan hubiera trabajado antes a nivel federal. La paradoja fue que la noticia se dio a conocer en la víspera de la presentación de la Política Nacional de Vivienda 2015 donde se anunciaron inversiones por 370 mil millones de pesos.

En Los Pinos respondieron, en voz de Eduardo Sánchez, que la propiedad fue adquirida de manera legal y que fue incluida en la declaración patrimonial del Presidente. Y que las licitaciones donde ha participado Roberto San Román han sido apegadas a la ley aplicable. Y que el Presidente no participa en los procesos de asignación de contratos.

Hasta ahí los principales argumentos del gobierno en su defensa. Al parecer, alguien en el gobierno federal necesita lentes para ver el conflicto de interés.
A este caso se suman las otras propiedades de Angélica Rivera en Lomas de Chapultepec y del secretario de Hacienda, Luis Videgaray, en Malinalco.

Al menos la primera dama no salió a regañarnos en cadena nacional, como en el caso de la casa blanca de las Lomas que, por cierto, sigue en venta.

Estos escándalos, que además de mostrar el conflicto de interés y la impunidad en que se ven envueltos funcionarios federales y directamente el presidente Peña, el tema de fondo es la diferencia que existe entre la actual administración y otros poderes fácticos que han encontrado las debilidades y las tentaciones típicas del servicio público. Algunos indicios apuntan a Carlos Slim, que ha sido castigado con regulaciones para beneficiar a Televisa y otros apuntan a las diferencias entre el presidente Peña y el ex presidente Carlos Salinas, cuyo poder fue acotado principalmente en el sector energético. A ello hay que sumarle las pujas internas en el PRI por las candidaturas para renovar la Cámara de Diputados y las nueve gubernaturas. Esta debilidad ha beneficiado a los partidos de oposición, principalmente al PAN, al Verde y a Morena que ya tiene un 10% de intención de voto a cuatro meses de la elección federal. No nos sorpenda que en este proceso electoral se lancen como misiles, desde la prensa extranjera, más datos de propiedades y contratos que comprometan al gobierno actual.

Periscopio. En la vida y en la política hay personas que se dedican a resolver problemas y hay quienes se dedican a prevenirlos, el líder del PRD no encaja en ninguna de las dos categorías. Carlos Navarrete, en su calidad de admirador de José Alfredo Jiménez, quiso adelantarse al ridículo y mandó una carta abierta a Alejandro Encinas. Es muy probable que el día de hoy en la Estación Indianilla, el senador perredista, durante su informe de actividades, anuncie su integración a la Morena de López Obrador. La epístola, escrita en ese tono de "lo sé todo", le desea suerte a Encinas en su nuevo partido. Y bien vale rescatar una línea de la epístola: "Tu militancia en el PRD, desde su fundación, ha permitido que la vida te trate bien". Qué confianzudo salió Navarrete, nada más le faltó decirle a Encinas que esos cachetotes no se forjan con salario mínimo.

Bitácora de lo absurdo. Gustavo Madero dice que el PAN no tiene dueño, esa es la línea de su discurso para justificar su regreso a la dirigencia, luego de dejar frente a la opinión pública al joven Ricardo Anaya como pilmama de Acción Nacional. La pregunta no es si el partido tiene dueño, la respuesta es evidente. La pregunta es si el partido tiene rumbo con una camarilla en el timón.

Twitter: @LeoAgusto

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