Muy en ese estilo impredecible al que todavía no logra acostumbrar a la Iglesia católica y a la diplomacia mundial, el papa Francisco sorprendió ayer al hablar en Cuba de Colombia.

El siempre cuidadoso protocolo del Vaticano jamás había involucrado a un país diferente al que un Papa visita. Pero esa fue una más de las reglas no escritas que Francisco rompe, esta vez en la misa multitudinaria que celebró en la Plaza de la Revolución de La Habana, ante el presidente Raúl Castro, los principales dirigentes del Consejo de Estado y de Ministros, su paisana la presidenta argentina Cristina Fernández y miles y miles de cubanos.

“No tenemos derecho a permitirnos otro fracaso”, dijo Francisco al referir las pláticas de paz entre el gobierno de Colombia y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), mediadas por Raúl Castro, a quien agradeció los buenos oficios.

Y lo dijo así, en plural, “no tenemos derecho a permitirnos”, lo que sugirió a los analistas de inmediato que el jefe del Estado Vaticano tiene que ver con ese proceso pacificador, ya larguísimo, pues ha sido medio siglo de confrontación con un costo de miles de vidas colombianas.

El aserto, por lo demás, no parece descabellado, menos aún con el celebrado referente de la sigilosa y durante mucho tiempo desconocida mediación diplomática que derivó en la reanudación de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos, rotas por más de medio siglo, también, tras el triunfo de la revolución de Fidel Castro.

A esa mediación y sus resultados, que el mundo entero creía imposibles, está relacionada la presencia de Francisco en Cuba, donde habló con el presidente Raúl Castro, pero también con Fidel, el longevo líder revolucionario; y su posterior viaje a Estados Unidos donde el miércoles se reunirá con el presidente Obama y después, en otro hecho sin precedente, hablará ante el Congreso general estadounidense, en el Capitolio.

Ayer en La Habana, cobró relevancia un fragmento de su homilía en el que advirtió que servir al prójimo desde la vida cotidiana, pero también desde los gobiernos, es servir a la persona, no a una idea. Y así como fustigó en la isla procederes cargados de ideología, en un país sobreideologizado, es previsible que en la Casa Blanca y en el Capitolio, lleve el mensaje de que el deshielo entre Cuba y Estados Unidos, ya iniciado y por concretarse, pasa necesaria e inevitablemente por el fin del embargo económico y comercial que este último ha impuesto al pueblo cubano y a su revolución, lo que en los sectores conservadores de poder en el vecino del norte, no se ve aún como algo muy cercano.

El origen latinoamericano de Francisco lo lleva, inevitablemente, ha influir en los procesos políticos, económicos y sociales de la región. Ya lo hizo en Cuba y hay señales de que lo hace en Colombia. El Papa, pues, convertido en un personaje muy influyente en el devenir de su Patria grande.

2. EN EL PLENO del Congreso Nacional del PRD, Nueva Izquierda (‘Los Chuchos’), salieron con una victoria y un descalabro. La victoria fue la aprobación de eventuales alianzas con el PAN en las elecciones del año próximo, aunque falta por verse que dice el PAN al respecto. El descalabro es que no prosperó la moción de que (como en el PAN), sea el Comité Ejecutivo Nacional el que designe a los coordinadores parlamentarios del partido, lo que tendrá que ser por la vía del voto.

3. EL COMISIONADO Nacional de Seguridad, Renato Sales recorrió ayer las instalaciones del penal de alta seguridad del Altiplano para corroborar el estado de la infraestructura y los mecanismos de control y seguridad tanto de internos como de personal. El reforzamiento de infraestructura y protocolos viene después de la fuga de Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera y de la consignación de quien fuera la máxima responsable de penales federales, Celina Oseguera Parra, del ex director del Altiplano, Valentín Cárdenas Lerma, la directora jurídica de esa cárcel, Lorena García y otros diez ex funcionarios de menor rango.

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